La receta de tabulé con garbanzos que no podrás dejar de hacer… ni de comer
Las recetas que te cuento ·
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A mis padres les debo el haberme abierto el paladar a otras gastronomías del resto del mundo. Ellos eran capaces de meternos a las tres hijas en el coche para ir hasta Puerto Rico y no, no existía la autopista actual, para comer comida japonesa. También éramos asiduos al Fuji, cuando aún el señor Sato lo regentaba. La comida china, una constante, lo mismo con la rusa en el Balalaika, hasta Santa Brígida al Bocaccio para disfrutar, según mi padre, de las mejores pizzas que se ha comido nunca, hasta el sur, cuantas veces fueran necesarias para probar esto y aquello que venía de más allá y, por supuesto, la cocina libanesa era una de las favoritas de la lista de ambos.
De hecho, aún puedo recordar a mi hermana Ana con apenas tres años y hasta quizás menos, comiendo tabulé como si no hubiera un mañana. Todavía hoy, este sigue siendo uno de sus platos favoritos y a mí y a mi otra hermana nos pasa lo mismo confirmando las tres que somos astillas del mismo palo.
Hoy por hoy, cuando nos juntamos y nos montamos en más de una decena, la comida libanesa sigue siendo el nexo y la excusa perfecta para celebrar el ratito y la consiguiente sobremesa, en la que nos dará la noche y seguiremos pidiendo el turno de palabra porque alguno de nosotros algo se nos habrá quedado algo en el tintero.
Humus, falafel, pan, shawarma de pollo, arroz, hojas de parra rellenas entre otros platos y todo por dos o tres raciones porque casi que nos hemos multiplicado más que los 'Brady', eso sí, de tabulé se pueden pedir cinco o más, aunque sean las que sean, de tabulé nunca es suficiente.
Tanto es lo que nos gusta que yo tenía que replicar la receta y hace muchos años que forma parte de mi libreta y desde la original voy inventando mis versiones, todas frescas, todas sabrosas, todas ideales para llevar al trabajo, al campo o la orilla de la playa y es que donde esté un buen tabulé, pocas ensaladas le hacen competencia.
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Tiempo de preparación
15 minutos
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Tiempo de cocción
0
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Tiempo total
15 minutos
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Comensales
5
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Dificultad
Súper fácil
Categorías
Cocina mediterránea
Ingredientes
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1 tarro de garbanzos cocidos (500 g peso antes de escurrir)
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2 manojos de perejil
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1 manojo de cilantro
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½ manojo de hierba huerto
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El zumo de 2 limones
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1 cebolla morada
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20 tomates tipo cherry
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Unas escamas de sal
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1 chorrito de aceite de oliva virgen extra
Paso 1
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Comenzaremos lavando y escurriendo los garbanzos cocidos y un buen truco para que los garbanzos estén más fresquitos es guardarlos la noche anterior en la nevera, antes de hacer el tabulé.
Paso 2
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Ahora comienza un ejercicio bien fácil pero que hay que ejercitar con paciencia: desechar todos los tallos y mantener solo las hojas de los dos manojos de perejil. Las hojas las iremos metiendo en un vaso alto de boca ancha.
Paso 3
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Con ayuda de unas tijeras de cocina, iremos cortando muy menudas todas las hojas del perejil.
Paso 4
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Una vez cortadas, en una ensaladera dispondremos los garbanzos ya lavados y escurridos y el perejil cortado.
Paso 5
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Haremos lo mismo con el manojo de cilantro: mondamos las hojas, las disponemos en un vaso alto y metemos tijera.
Paso 6
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Una vez cortada, las añadiremos a la ensaladera con lo anterior.
Paso 7
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Y ya por último y con la paciencia súper entrenada, haremos lo propio con el medio manojo de hierba huerto.
Paso 8
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Añadiremos con el resto el hierba huerto picado.
Paso 9
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Lavaremos bien los tomates y los cortaremos en cuatro pedacitos.
Paso 10
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Añadiremos a la ensaladera los tomates picados.
Paso 11
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Cortaremos la cebolla en brunoise y la añadiremos a la ensaladera como último ingrediente. Ya solo nos quedará preparar el aliño.
Paso 12
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Verteremos sobre todos los ingredientes un ligero chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Paso 13
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Daremos un puntito de sal, mejor si es escamas, al gusto.
Paso 14
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Por último, repartiremos por todo el tabulé, el zumo de los limones.
Paso final
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Mezclamos bien hasta integrarlo todo para que el tabulé explote en color y no solo en sabor y rápidamente llevaremos a la mesa para que las hierbas frescas no se oxiden. Eso sí, si te la vas a llevar en un táper, asegúrate de taparla bien y mantenerla en frío.
