Receta de un postre esponjoso y delicioso: tarta tres leches
Las recetas que te cuento ·
Probablemente esta es una de las elaboraciones más conocidas de la repostería latinoamericana, muy sencilla de hacer y con un resultado fabulosoSecciones
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Probablemente esta es una de las elaboraciones más conocidas de la repostería latinoamericana, muy sencilla de hacer y con un resultado fabulosoNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
El catador oficial de los dulces en casa es mi hijo Pablo. No se le escapa ni un solo detalle cuando de un postre se trata, él solito evalúa textura, intensidad y presentación y, el tiempo que dure la elaboración en casa es inversamente proporcional a su criterio: si tarda más de un día en terminarlo, el postre es de notable como mucho. Si por el contrario el postre es una especie de paloma en sombrero de copa que haces «chas» y desaparece entonces será un sobresaliente, pudiendo llegar a la matrícula de honor si no quedaran ni las migas.
La tarta de hoy en cuestión estaba matriculada en su cata esperando ser probada y aprobada por tan exigente paladar y llego el día en el que abrimos cocina, horno, batidora y libreta porque la receta llega desde uno de los apuntes que heredé de mi querida abuela y del equipaje que siempre se traía cuando iba a ver a algunos de sus hermanos a Venezuela, donde ella aprendió a prepararla y a disfrutarla porque, este postre, le encantaba.
Manos a la obra poniendo cuidado de principio a fin para que nos saliera bien a la primera y tarde de merendola para guardar en la lista de buenos y sabrosos recuerdos. Directamente, Pablo le dio un 10.
Tiempo de preparación
15 minutos
Tiempo de cocción
50 minutos
Tiempo total
1 hora y una noche en nevera
Comensales
6
Calorías
Bastantes
Categorías
Postres
4 huevos
100 g de harina de trigo
20 g de harina de maíz (Maizena)
50 g de azúcar blanca
16 g de Polvos Royal
100 g de nata para cocinar
150 g de leche condensada
150 g de leche evaporada
2 claras de huevo
35 g de azúcar
20 g de agua
Comenzaremos elaborando un clásico bizcocho genovés que será la base de la tarta. Para ello, dispondremos los ingredientes necesarios y así nos será más fácil hacer la mezcla: huevos, harinas y azúcar.
En un bol amplio cascaremos los cuatro huevos enteros a los que añadiremos los 50 gramos azúcar, los otros 35 gramos serán para el almíbar de la cobertura.
Batiremos con varillas eléctricas hasta que la mezcla se blanquee y crezca en volumen.
Una vez conseguido el punto deseado, mezclaremos la harina de trigo con la harina de maíz y los polvos de hornear y los tamizaremos antes de unirlo a la mezcla de huevos y azúcar.
Con ayuda de una espátula, iremos integrando las harinas en la mezcla, con movimientos envolventes para garantizar la esponjosidad del bizcocho.
Una vez tengamos la harina integrada, forraremos un molde de unos 20 centímetros con papel de hornear y verteremos la mezcla procurando que se reparta de manera uniforme.
Con el horno previamente caliente, introduciremos el molde a temperatura 180º, calor arriba y abajo durante 30 minutos. Mientras se hornea, mezclaremos la leche condensada, la leche evaporada y la nata, batiéndolas bien hasta que se integren. Una vez mezcladas reservaremos en la nevera.
Cuando el bizcocho esté terminado, dejaremos atemperar sobre una rejilla y sin desmoldarlo.
Una vez y ya esté tibio, con un palillo perforaremos hasta el fondo toda la superficie del bizcocho porque esto será lo que ayude a integrar las leches en la masa.
Cuando lo tengamos listo, verteremos por encima del bizcocho la mezcla de las leches. Apreciará como la mezcla se va integrando y el resto irá quedando en la base pero esto también ayudará a que el bizcocho se «emborrache».
Una vez hayamos vertido la leche, taparemos el molde y lo dejaremos reposar toda la noche en la nevera.
Al día siguiente y ya como último paso de esta tarta, elaboraremos un merengue a punto de bola, para ello calentaremos en un cazo 25 ml de agua y los 35 gramos de azúcar que habíamos reservado. Dejaremos que llegue a ebullición, sin tocarlo ni mezclarlo en ningún momento y a potencia de calor media-baja, hasta que consigamos la consistencia de almíbar.
Una vez tengamos el almíbar, en un recipiente amplio, limpio y seco, batiremos las dos claras de huevo a punto de nieve e iremos vertiendo en hilo al almíbar, son dejar de batir, hasta conseguir la consistencia de un merengue.
Con una espátula, cubriremos con el merengue toda la superficie de la tarta o, si lo prefiere puede hacer filigranas con ayuda de una manga pastelera.
Lo ideal es ponerla a enfriar unas dos horas más antes de comerla, pero en casa, ese tiempo de espera no se contempló.
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