Receta de otoño, estofado de pavo con castañas y champiñones

El estofado en casa es sinónimo de otoño. El resto del año no nos sabe igual de intenso ni nos apetece con el mismo fervor. Y como somos así de noveleros y hace unos cuantos días estuvimos andando por Tejeda recogiendo las primeras castañas, algo tocaba inventar.

Lo primero que pusimos sobre la mesa es que el estofado ya tenía que hacer su aparición estelar para hacernos sentir que el otoño, aunque tímido, había llegado. La proteína protagonista tocaba cambio porque de lo contrario la tendencia y la memoria nos iba a llevar a preparar el estofado de siempre que tan rico que está y que somos capaces de hacer hasta con los ojos vendados y, por último, a las castañas había que darles salida, aunque he de reconocer que para esta receta hemos hecho algo de trampa. Las de Tejeda se devoraron al día siguiente asadas en sartén y a la receta le añadimos las que ya se venden asadas y empaquetadas.

Las verduras tampoco debían de ser las de siempre y darles protagonismo a unos champiñones, más carnosos que los que se consumen el resto del año, venían a multiplicar la estación por tres en un cada bocado.

El resultado fue maravilloso, la elaboración de lo más sencilla y unos guisantes salteados hicieron los coros de acompañamiento. Además, algo de recelo nos acompañó durante toda la elaboración por si el pavo se resecaba, pero no decepcionó e incluso, quedó tan tierno que deleitó.

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