Una receta especial para Navidad: pan de nueces
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Esta es una receta de las que no puede faltar en Navidad. Primero, porque cuando me la dieron me hicieron prometer que solo la cocinaría en estas fechas y lo he cumplido y, segundo, porque al comerlo, me recuerda a los desayunos de invierno con mi abuela ya que, aunque estuviera de vacaciones, me encantaba despertarme con ella por muy temprano que fuera, preparar la mesa en lo que «subía» el café, colocar un plato lleno de nueces, otro plato con aceitunas del país, otro con fuet o salchichón partido finito para que mi abuela pudiera masticarlo con la dentadura y una tabla con arenque ahumado.
Dicho así pudiera ser que alguna tripa se esté revolviendo ahora mismo, pero para nosotras dos, todo esto eran manjares.
Sin prisas y saboreando cada bocado, íbamos pellizcando el pan calentito y crujiente y lo acompañábamos con una nuez, con una aceituna o con el arenque. A sorbitos el café con leche hirviendo mientras despacito nos contábamos lo que íbamos a hacer el resto del día.
Supe disfrutarlos mientras los tuve y la tuve conmigo porque, al final, uno de los mejores regalos de Navidad es que estén todos en la mesa y no te falte nadie y si ya no está, mantener el recuerdo de cuando si estuvieron y tener la certeza de que todo el tiempo se exprimió hasta la última gota.
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Así que, cuando cocino este pan y lo saboreo, aúno mis desayunos de hoy con los desayunos de cuando era niña. El sabor es agridulce, por el azúcar que lleva, como cuando unía el pedacito de nuez con el pan y el sorbo de café con leche endulzado. Me chifla comerlo hoy y me chifla el recuerdo que me regala.
Si además lo acompañas de queso, fresco, semi o duro, es pura delicia. Aquí les dejo la receta, no les haré prometer que lo cocinen solo en Navidad porque necesitarán tener mucha fuerza de voluntad, pero si es verdad que, si son capaces de cocinarlo solo en estas fechas, el pan de nueces se convertirá en un regalo imprescindible por estas fiestas.
Tiempo de preparación
15 minutos
Tiempo de cocción
1 hora
Tiempo total
1 hora y media
Comensales
7
Calorías
Unas cuantas
Categorías
Recetas para Navidad
1/2 taza (tamaño café con leche) de nueces picadas toscamente
1/2 de arándanos deshidratados o de pasas (según prefieran)
1 taza de leche
2 tazas de harina de trigo
1 taza de azúcar blanca
½ sobre de levadura en polvo
1 huevo
Una pizca de sal
Mantequilla para untar el molde
Antes que nada, pondremos a precalentar el horno a 170º calor arriba y abajo con ventilador.
Las medidas vienen en tazas porque es una receta muy de abuela, de las de toda la vida y se cocinaba al ojo.
En un recipiente, incorporaremos el huevo y la taza de azúcar. Batiremos hasta que la mezcla obtenga un color blanquecino.
Verteremos sobre esta mezcla la taza de leche y batiremos bien hasta que quede incorporada.
Comenzaremos ahora a incorporar la harina, mejor si la vamos tamizando a medida que la vayamos integrando. Eso sí, deberán tener en cuenta que, previamente habrá que mezclar la harina con la levadura y la sal.
Iremos batiendo con ligereza, sin dejar mucho grumo. Lo ideal es dejar algo de aire para que la masa quede absolutamente perfecta y así conseguiremos esos agujeritos que quedan en medio de la miga del pan.
Seguidamente, incorporaremos los arándanos y con la ayuda de un tenedor, los repartiremos por la masa.
Acto seguido, picaremos las nueces. Lo ideal es meterlas en una bolsa de cremallera plástica, cerrarla bien y pasar el rodillo varias veces, así conseguiremos que no sean todas del mismo tamaño y el resultado es más rústico y queda mejor.
Mezclaremos bien, repartiendo las nueces y los arándanos por toda la masa. El color final será amarillento y pastoso.
Con la masa ya lista, engrasaremos un molde de horno con mantequilla, llegando también a las paredes más altas porque el pan sube de volumen durante el horneado. Si lo prefieren pueden forrar el molde con papel de hornear que hará mucho más sencilla la tarea de desmoldarlo. Verteremos la masa dentro del mismo.
Hornearemos durante una hora a 170º, calor arriba y abajo. Pasados los primeros 30 minutos podremos colocar un papel vegetal por encima para que la corteza de lo que será nuestro pan, no se queme.
En mi caso nunca ha sido necesario dar este paso y la corteza se me queda algo más tostada que la miga y así está ideal para cortarlo.
Transcurrida la hora, sacaremos el pan del horno y, muy despacio, meteremos un cuchillo de punta redonda, si sale limpio, nuestro pan estará listo si no, volveremos a meter en el horno y haremos esta misma prueba del cuchillo, cada cinco minutos.
Dejaremos templar dentro del mismo molde y, cuando ya no queme, lo desmoldaremos. Para partirlo, habrá que esperar a que esté a temperatura ambiente.
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