Flanes de calabacín y atún, una receta rápida y súper fácil de preparar

De vez en cuando la vida me regala ratitos extra con mi hija Sara que regresa a casa para recargar y reconectar. La receta infalible siempre es la misma, muchas risas, encontrarse y buscarle un huequito a todo su árbol genealógico, sin faltar sus amigas. Achuchones, noches en vela hablando de la vida y sentarnos a la mesa para disfrutar de los sabores que desde niña la acompañan.

Para ella, ese es el mejor regalo que pude recibir cuando llega y, además, ella misma se encarga de organizarlo. Empieza llamando a sus abuelos, sigue por su tías y primas y termina tachando en la agenda de sus hermanos cualquier evento que les pueda provocar escaparse más allá de sus abrazos.

Siguiente tarea, preguntarme lo que voy a cocinar, cambiarme lo que considere y preguntar por el repertorio más nuevo a ver si le apetece probar algo, eso sí, nunca pueden faltar una tortilla de papas a su gusto y un tartar de atún rojo. Indispensables.

Así que como novedad le planteé estos flanes de verduras y a juzgar por las arruguillas de su nariz, aparqué la opción hasta el día en que, para nuestra tristeza, se volviera a la cuidad donde ahora estudia.

Eso sí, cuando le lleguen los comentarios de sus hermanos de lo buenos que están estos flanes, seguro que esta receta cae en la próxima visita y, como siempre, ella convertirá el paréntesis en toda una fiesta, llena de cariño, mucha diversión y el mejor sabor de boca.

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