Un puchero con sabor a historia e identidad

Durante algunas semanas, los lectores que se asoman con frecuencia a esta sección pudieron disfrutar de las crónicas de Mario Hernández Bueno, Premio Nacional de Gastronomía, en tierras tejanas.

Desde aquellos renglones uno podía acercarse a una parte de la historia americana, traspasaban en sus palabras el orgullo y la exaltación que supone atravesar un océano para reencontrarse con personalidades de la «Canary Island Descendats Association. San Antonio. Texas» y comprobar, desde la emoción, como desde tan lejos, admiran aún hoy a quienes en 1730 partieron desde las Islas Canarias y tras muchas odiseas y no pocos sacrificios, fundaron lo que sería el Condado de San Antonio de Texas. Una parte de nuestra historia poco conocida y menos reconocida aún.

Aquellos días sirvieron a Mario y a su esposa, Tania Aguiar, para estrechar lazos que, muy probablemente no se romperán jamás y, algunos pocos afortunados pudimos disfrutar de un soberbio puchero canario con unos invitados de excepción: Freddie Bustillo y su esposa, Gloria Medellín, ambos miembros de la asociación tejana. Un puchero con sabor a historia, a admiración, a reconocimiento, porque la gastronomía propia de un lugar, bien ejecutada y desde el máximo respeto a la tradición, no podía ser mejor excusa para que Mario y Tania, anfitriones excepcionales, rindieran un extraordinario homenaje a quienes tanto nos consideran y nos presumen.

Unos entrantes sobresalientes fueron el argumento perfecto para dar la bienvenida al matrimonio, con unas papas arrugadas, pequeñitas, dulcitas, pero con su punto de sal ideal; un mojo rojo de los de verdad, de los que se hacen con tiempo y en almirez, palabra canaria que también aprendieron en el encuentro los señores Bustillo, y unas carajacas inmejorables como antesala al plato fuerte.

Entre tanto, Gloria lucía con orgullo las fotografías de sus nietos ataviados con la ropa típica canaria que ella misma se encarga de bordarles, Freddie hacía lo propio: contarnos y enseñarnos la de veces que ha tenido la oportunidad de presumir de sus antepasados canarios y de cómo aquellas manos levantaron lo que hoy es uno de los principales estados al sur de EE.UU. Y de su catedral, la primera que se erigió en tierras americanas y en la que aún resuena el eco del acento canario.

Como colofón, un puchero que corrió a cargo de las prodigiosas manos del chef Mario H. Lagerblad, propietario de Catering Ágapes & Eventos. Cada carne, cada grano, cada verdura, con su escaldón indipensable, y un caldo previo excelente fueron la mejor manera de agradecer a personas, como los señores Bustillo, por cuidar, defender y preservar un legado muy nuestro, por muy lejos que esté y, como buena digestión, el orgullo de nuestras raíces para el resto de los comensales.

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