Charcutería Tradicional Dehesa Valle Ferreiras, un rincón extraordinario en Las Palmas de Gran Canaria

Una esquina, justamente la que une la calle Murga con la calle Pedro de Vera es el punto de encuentro de paladares sibaritas y amantes del buen comer. De hecho, si se anima a pasar un viernes cualquiera por delante de su agradable fachada que no le sorprenda el concurrido ambiente que rodeará a esta charcutería.

El éxito de esta charcutería con alma de tasca se le debe a Isabel, natural de San Sebastián, pero con más de 20 años andados en tierras grancanarias.

Durante años trabajó para una empresa que nada tenía que ver con el sector de la hostelería y por esos derroteros que tiene la vida cambió de registro y abrió una cafetería. Las horas y el sacrificio no compensaban del todo y otro cambio de rasante se presentó en su vida: la charcutería de donde se surtía para su cafetería quedaba 'vacante'.

Isabel de paladar bien educado más el aprendizaje natural tan propio de 'la gente del norte', tomó el guante y paso a paso, con criterio, con una mano excepcional para la cocina y con un ojo privilegiado para la selección de todo aquello que está muy rico, fue llenando el expositor de embutidos seleccionados, más del 95% de ellos de la firma Julián Martín, quesos canarios artesanales, conservas que son pura delicatessen, café, vinos, cervezas, cavas, vermús, generosos, galletas, bombones y un gigantesco etcétera que se nos hace imposible resumir para contar tanto bueno, en tan pocos metros cuadrados.

Aparte de todo esto, disponible para despachar o por encargo del cliente, los lunes desde las 09:00 y hasta las 14:00; los martes, miércoles y jueves de 09:00 a 14:00 y de 17:30 a 21:00; y los sábados, desde las 10:00 y hasta las 14:00, porque, cuando llega el viernes, la Charcutería Tradicional Dehesa Valle Ferreiras desprende otros sabores y aromas.

Desde una cocina prácticamente minúscula, no cesan de salir jugosas e irresistibles tortillitas rellenas, como la de morcilla y pimiento o lo que antoje ese día Isabel, pero sea de lo que sea, sus elaboraciones empiezan a escalar puestos dentro de la lista de las mejores de la capital grancanaria.

Sus croquetas también apuntan maneras, un bocado exquisito, de bechamel y fritura perfectas y bien rellenas de taquitos de extraordinario jamón. Y como apunte, también las elabora para llevar a casa por encargo previo.

Para acompañar ambas exquisiteces, a disposición del cliente estará cualquier corte de los embutidos de sus expositores y lo mismo con los quesos, las conservas y cualquier producto al que alcancen los ojos del comensal, pero, antes del festín, recomendamos empezar con una de sus gildas, elaboradas por Isabel en la propia Dehesa, con producto seleccionado y el esmerado cuidado que ella misma aplica en todo lo que hace como ingrediente excepcional.

Los taburetes se despliegan entre la puerta, el mostrador y las barras de apoyo que se reparten por el local. Los platos y las tapas, así como los montaditos de buen producto se multiplican una y otra vez, desde que arranca el mediodía y hasta que llega la noche. Cañas y copas también se suceden en un devenir constante porque, esta charcutería tiene fácil entrada pero casi imposible la salida.

Un rincón que se ha convertido en poco tiempo, en el nuevo núcleo de la capital grancanaria donde arrancar el fin de semana con el mejor sabor de boca. ¿El secreto? Querer y hacerlo bien desde el principio, escuchar a los clientes y a los vecinos, concentrar en su escaparate lo mejor de cada lugar, empezando por las Islas Canarias y la sonrisa y la atención de Isabel que son tan únicas y admirables como todo lo que se despacha en la Charcutería Tradicional Dehesa Valle Ferreiras.

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