Dónde saborear Gran Canaria, según los gemelos De Ramón, de Dilo con Arroz

Sus arroces, impresionantes, su cercanía y trato, inolvidable, pero, si hay algo que también define a esta pareja, es el paladar de ambos y hoy, con la frescura que los caracteriza, cuentan a los lectores sus lugares favoritos para disfrutar de la buena mesa, en Gran Canaria. Desde el desayuno y hasta la cena.

Lo tienen claro y ambos están de acuerdo, no hay mejor manera de arrancar el día que con un bocata de pata de Las Lagunetas, un buen café y zumo de naranja natural. Y es que, en este local, con tanta historia, todo se hace bien, pero, su pata, el pan y los buenos días del servicio, ayudan siempre a tener un magnífico pistoletazo de salida.

La perfecta sintonía de esta divertida pareja, donde el acuerdo impera en casi todo lo que hacen, también se pone de manifiesto cuando del almuerzo se trata y, tanto Alejandro como Javier nos cuentan que, para el almuerzo no se pueden quedar con un solo lugar en la capital.

Por un lado, el buen hacer, la magnífica terraza y las estupendas elaboraciones de La Butaca de Betty. A ambos les encanta y es más que frecuente verlos por allí. Pero el Midway y, no solo por su tortilla, es otro de los lugares en los que disfrutan y estimulan el paladar.

También de manera unísona, tanto Alejandro como Javier, se consideran fans de a la soberbia cocina de José Rojano en el Bodegón del Pueblo Canario. Y es que, ¿a qué paladar no le sucede lo mismo? Porque José Rojano, su gazpacho, sus croquetas, su ensaladilla, sus carrilleras y todo el abecedario que elabora, desde la A y hasta la Z, es delicioso, espectacular e inolvidable. Y, para estos gemelos, el mejor lugar para disfrutar de una cena, en Gran Canaria.

La diversión está garantizada con estos hermanos y su sentido del humor, así como la buena predisposición y la buena energía, son ingredientes esenciales en sus arroces y de su día a día. Eso sí, las copas en un sitio más tranquilo, con una de las vistas más bonitas de la bahía de Las Palmas de Gran Canaria, en el Allis Rooftop del Hotel Santa Catalina, donde se relajan y disfrutan, cuando tienen la suerte de soltar la paellera y encontrar algo de tiempo libre.