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Myriam Álvarez Arcadio suárez
Myriam Álvarez, el alma de La Vaquita

Myriam Álvarez, el alma de La Vaquita

La creadora del célebre catering grancanario nos desvela cómo fueron los comienzos de su aventura empresarial

Vanesa Delgado

Vanesa Delgado

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 25 de enero 2023

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Hablar de Myriam Álvarez es dotar de un nuevo sinónimo a La Vaquita, afamado catering en Gran Canaria que desde hace ya más de 20 años lleva colmando de ilusiones y sueños las celebraciones y eventos más importantes de nuestras islas.

Su éxito, tal y como nos cuenta la propia Myriam, nunca ha sido fruto de la casualidad. Por el contrario, la única fórmula exacta e infalible que ha dado solución a miles de celebraciones donde La Vaquita ha estado presente ha sido y sigue siendo, la constante dedicación, la ilusión por todo lo que hace, el esfuerzo y el sacrificio. Porque Myriam toma como virtud propia, la disconformidad, obligándose a dar el 10 en cada evento y en cada proyecto. Como ya hacía desde que era niña.

Emprendedora nata

Desde las sonrisas que provocan los recuerdos de la niñez, Myriam se recuerda vendiendo sándwiches en el patio de su colegio. Y también hacía coleteros y también paseaba a los perros de su barrio. «Siempre estaba ideando e inventando negocios, marcándome metas e intentando ahorrar dinero conseguido por mí misma. Me entretenía y la vez, sin saberlo fui forjándome como empresaria».

Elaboraciones de La Vaquita C7

Formación

Con 18 años, Myriam comienza sus estudios en el Hotel Escuela en Gran Canaria en Gestión y Dirección Hotelera, a la par, trabajaba como camarera los fines de semana en la conocida Pizzería O´Sole Mío en Tafira y allí, sin pretenderlo, comenzó la primera cartera de clientes de lo que sería, un tiempo después, el catering La Vaquita.

Entre pizzas y sobremesas, Myriam comenzó a establecer lazos de amistad con gran parte de la clientela y, sin saber en qué momento exacto prendió la chispa, comenzó a elaborar encargos de sándwiches, tartas y croquetas paras las celebraciones familiares de aquellos, ya amigos.

Montaje del catering La Vaquita C7

Los primeros servicios

A día de hoy, Myriam aún no sabría decir si ella fue más valiente que la amiga que le contrató el primer servicio catering para celebrar sus 40 años. Además, tal día se borrará difícilmente de su memoria, porque en el edificio que albergaba la cocina, donde estaba previsto que todo se elaborara, comenzó un incendio, lo que obligó a Myriam a trasladar rápidamente todo el campamento y, una vez más, la amistad acompañó a Myriam. Fernando Pardo de Donlebún y su hija, Patricia, amiga de Myriam, cedieron el espacio que, junto con el buen hacer que siempre ha acompañado a Myriam en todas sus empresas, materializaron el éxito triunfal de aquel primer evento de magnitud ya considerable.

La Vaquita C7

De la boca al oído

Las masas de aquellos emparedados, de irresistibles croquetas y de tartas sabrosas y espectaculares, se fueron multiplicando en la cocina de Nena Ansonera, madre de Myriam, mientras que con buen criterio iba animando a su hija a crecer y de aquellos sabios consejos nació el primer local independiente donde investigaba, probaba e impartía clases de cocina, que aún a día de hoy, se recuerdan en Gran Canaria.

La Vaquita C7

Solo quedaba crecer

Y un día llegó la llamada más importante, el punto de inflexión, el instante en que todo cambió. Alicia Güeto, reconocida profesional del sector eventos, le encargó, nada más y nada menos, que la inauguración del Centro Comercial 7 Palmas. Los éxitos siguieron, crecieron los clientes felices y ya solo quedaba tirar hacia adelante.

Hojaldre de verduras con foie C7

Nace el primer local de La Vaquita

Con tanto proyecto entre manos y con ese incipiente club de fans de los inicios, nace el primer local a pie de calle, en Tafira, en el año 2002. La primera idea, según nos cuenta Myriam, era dar servicio de comidas preparadas, por cierto, que todas caseras, deliciosas y muy diferentes a la oferta existente de aquel entonces. Pero los servicios de catering siguieron creciendo y una vez más, Myriam recogió el guante y desde ahí, hasta hoy, casi 21 años después.

El secreto es que no hay secretos

Nos sorprende enormemente la humildad con la que Myriam habla de sí misma durante toda la entrevista. Y también nos sorprende la intensidad con la que nos traslada la pasión que siente en cada cosa que hace. «En La Vaquita nos dedicamos, principalmente, a hacer felices a nuestros clientes. Los acompañamos y los ayudamos a celebrar, a disfrutar, a compartir, a dejar que ellos se olviden de todo, para encargarnos nosotros y dedicarte a hacer esto, solo da satisfacciones».

La Vaquita C7

El equipo

Se percibe la emoción en Myriam cuando habla de su equipo, porque ella misma los define como personas fieles y comprometidas. La confianza es la base de toda su estructura y constancia de ello es el buen ambiente que impera en La Vaquita. «Hay mucha complicidad entre nosotros, tanta que somos auténticos «matrimonios» profesionales», como le sucede con Pedro, con quien lleva compartiendo más de 18 años de vida profesional.

Nos destaca también el nivel de compromiso de cada uno de ellos, sobre todo porque el equipo humano de La Vaquita es muy joven y la exigencia que Myriam se autoimpone ante cada evento más la formación previa que implica dar un excelente servicio, no lo convierte en tarea sencilla. Pero ahí están, responden y crecen como profesionales.

De las etapas más duras que ha vivido junto a ellos fue el regreso tras la pandemia. «En el año 2022, cuando todo volvió a arrancar, percibimos que habíamos perdido cierta habilidad. Fue casi como empezar de cero, volver a organizar y arrancar. Y allí estuvieron todos, desde el personal de cocina, pasando por logística, administración, atención al cliente, gestión de RRHH, camareros. Todos y cada uno superamos una puesta a punto completa, en tiempo récord y lo único que puedo sentir es orgullo».

La Vaquita C7

Y solo queda seguir creciendo

La mente de Myriam no descansa, porque aparte de ser madre de familia numerosa, como empresaria cada día apunta ideas, mejoras o planes desde donde seguir dándole camino a La Vaquita.

Consciente también de que el suyo es un negocio muy sacrificado y anhelando más tiempo para disfrutar con su familia, o viajar, o probar otras culturas gastronómicas, o dar esos sencillos paseos por los mercados que tanto le encantan, no solo para ella, sino también para su equipo, conviven a la par con nuevos proyectos como el que se trae entre manos para este año 2023 donde nos adelanta que darán un salto gastronómico importante.

Nos apuntamos la promesa, aunque ya sabemos que la cumplirá con éxito porque La Vaquita, con Myriam a la cabeza, lo que mejor saben hacer es llenar de felicidad a sus clientes. Y siempre, lo consiguen.

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