Alma y Mezcla, local de culto a la coctelería en Las Palmas de Gran Canaria

Alcorac Guedes son las manos que agitan, mezclan y fusionan. Una obsesión que surgió sin esperarla. Técnico en electricidad, antes de que todo este mundo le despertara de dentro.

«La crisis de hace unos años en el sector de la construcción, hizo que cogiera mis maletas y fuera tras uno de mis hermanos, concretamente a Ibiza, pero por allí, las cosas tampoco me fueron del todo bien»

Siguiente salto, Londres, cuidad que le dio todo lo que es hoy. « Londres me cambió mi perspectiva y allí encontré una pasión, una profesión y un nuevo idioma».

Dos años le sirvieron para tener claro lo que quería dar de sí mismo a su regreso a la capital grancanaria. Montajes para bodas y celebraciones varias, le llevaron a impulsar y a dar la forma que quería. Hoy, Alma y Mezcla es más que un local donde se bebe bien. En poco tiempo se ha convertido en lugar de culto e iniciación para esos paladares que, como cuenta Alcorac, evolucionan, perciben y valoran todo el trabajo, el ingenio, y la creatividad que requiere un buen cóctel.

Yo aprendí en Londres todo lo que sé, a partir de ahí tengo también mezclas propias y, en el local, se puede disfrutar de lo que llamamos en nuestro argot de cócteles «signature», propuestas propias que a nadie dejan indiferente.

Ser y hacerte bartender requiere de tiempo y, para triunfar es condición indispensable que este mundo de la coctelería te atrape, te envuelva, te guste y te convenza.

Y así ha sido a lo largo de los años; las primeras referencias nos llegan desde tiempos remotos con Hipócrates, en la Antigua Grecia, donde mezclaba vino, almendras y resina. Todo evolucionó a través del tiempo y gracias a singulares aportaciones que forman parte de la cultura y de la historia de la humanidad.

¿Quién no recuerda a Humphrey Bogart y su «Champagne cocktail» en Casablanca, o a las chicas de Sexo en Nueva York y su «Cosmopolitan» ?, porque, como Alcorac dice «todo buen bartender asume la responsabilidad de enseñar al público a beber bien. Aquí lo que más me cuesta es sacar a la gente de su paladar de siempre, donde el Oro Cola ha sido la iniciación de todos prácticamente y eso está bien, pero las combinaciones que esperan tras la barra de Alma y Mezcla son infinitas, porque, según de donde eres, así bebes».

También nos reconoce que, una vez y prueban, el propio Alcorac mide la permeabilidad de su público, al que atiende directamente y al que pregunta, cambia, prueba y rectifica, hasta el acierto.

Buena prueba de ello es el lleno del local, cada día de la semana, tanto sala, como barra y terraza, porque si probaron regresan y si llegan por primera vez es porque esos batidores suenan tanto que despiertan la curiosidad de cualquiera.

Aquí no se para y cada tres semanas, Alcorac y su amigo Dani, de The Hook, apuestan por acompañar sugerentes y deliciosos cócteles con irresistibles bocados. El último, el pasado 10 de julio y su «pinche lunes», tres propuestas inspiradas en el Méjico más lindo, tanto a sorbos como a tacos. Atentos a sus RRSS porque en breve sorprenderán con la combinación trinunfal de cócteles y sushi.

Pues, precisamente, eso es lo que les espera, mezclas que salen del alma de Alcorac, como un Margarita clásico, que nada tiene que ver a lo que estamos acostumbrados, auténticos Mojitos sin necesidad de kilos de azúcar que empañen la combinación. Y Old fashion y Negronis y la más auténtica coctelería tiki, inspirada en las mezclas que deben su origuen a la Ley Seca que imperó en EE.UU, donde el alchohol se disfrazaba con jugos o zumos y destilados de ron, en vaso opaco porque la ocasión y el color, así lo requerían.

Seguir enseñado al público canario, que se deje llevar y pruebe, porque si les gusta, esa será siempre la mejor propina.

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