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José Miguel Pérez /Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 16 de julio 2020, 10:06
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El cierre del destino canario para frenar la expansión del coronavirus está provocando el trasvase de viviendas dedicadas al alquiler vacacional al mercado residencial, un fenómeno que se está constatando sobre todo en los núcleos urbanos, afectados también por el vaciamiento de visitantes.
La página web idealista.com registra en los últimos días un crecimiento de la oferta de viviendas en alquiler lento pero sin pausa. Si a primera hora de la mañana de ayer se ofertaban en este portal inmobiliario 913 viviendas en Las Palmas de Gran Canaria, apenas cinco horas después, la cifra había subido a las 919. En el caso concreto de la zona Puerto-Canteras, de las 488 se pasó a las 490.
Aunque el incremento sea mínimo, se convierte en significativo teniendo en cuenta la situación de aislamiento que afecta a Canarias, como al resto de España. Los portales inmobiliarios dudan de momento de que el número de nuevos anuncios sea una prueba del cambio de apartamentos turísticos al mercado tradicional.
El vicepresidente de la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav), Javier Valentín, también entiende que «es pronto para evaluar hasta qué punto puede esta crisis sanitaria generar el desvío de la oferta de corta estancia a la residencial», pero reconoce que la ausencia de turistas, que se puede prolongar varios meses, «será un factor determinante para que muchos propietarios se decidan a dar el paso, sobre todo en las zonas menos competitivas».
Valentín destaca que, en cualquier caso, en los últimos meses «ya se estaba constatando una tendencia alcista de regreso al alquiler de larga estancia, coincidiendo con la caída global de la llegada de turistas a las islas y la recuperación de Turquía y Egipto.
Eso sí, el representante de Ascav entiende que la oferta con más demanda se mantendrá en letargo, a la espera de que se reabra el destino. «Quien tiene una propiedad en primera línea de playa, o en zonas con una oferta turística potente, ya sea paisajística, o cultural, no va a dejar el alquiler vacacional. Porque hay que recordar que el arrendamientos a largo plazo, según la norma actual, implica cinco años de duración si el propietario es un particular y siete si es una empresa», insiste pensando en el largo recorrido del sector que representa.
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