¿Venderías tu casa si te dijeran que cada día vale menos?

Imagina que todos los días, sobre las 16:30 hora canaria, alguien llamase a tu puerta para decirte cuánto valdría tu casa si la tuvieses que vender ese día. Seguramente, la mayor parte de los días las variaciones serían poco relevantes, nada que te hiciera si quiera pensar en ello. Sin embargo, existen épocas, como esas temidas recesiones de las que tanto escuchamos hablar últimamente, en las que la caída de la actividad económica sí que podría afectar al valor de tu vivienda de forma importante.

Imagina que en una de esas épocas tu tasador oficial te va dando la noticia de que tu casa vale cada día un 2 o un 3% menos. Y llega un día en el que a las 16:30 hora canaria, te dice que si ese día quisieras vender tu casa, tendrías que venderla un 30% por debajo del precio que te costó. ¿Pensarías en venderla por miedo a que siguiese perdiendo valor con el tiempo? La mayoría de la gente ni se lo plantearía. Simplemente confían en que con el tiempo habrá sido una buena inversión para su futuro y que, llegado el momento, podrán utilizarla como un activo para una mejor jubilación o la de sus hijos. Y en la mayor parte de los casos así sucede.

Entonces, ¿por qué no actuamos igual con nuestras inversiones en Bolsa? Porque la Bolsa, a largo plazo, también refleja el crecimiento mundial. El mismo que hace que la valoración de los inmuebles suba. ¿Cuál es, entonces, el obstáculo casi insalvable para la mayoría de gente que intenta invertir en Bolsa? Su valoración diaria. Una vez escuché a un inversor profesional decir que a la mayoría de la gente le iría mejor en sus inversiones de Bolsa si solo pudiesen consultar la valoración de su cartera una vez al año. Estoy de acuerdo. La Bolsa te permite tener una inversión que puedes recuperar en cualquier momento, liquidez absoluta, pero a costa de estar expuesto a una valoración diaria. Esto quiere decir que si un día las noticias son negativas, el mercado se pondrá en modo pesimista y tus inversiones caerán de forma más o menos relevante. Si además vienen varios meses de pesimismo, para el inversor que sigue su cartera con excesiva frecuencia se vuelve una situación insostenible. Deja de recordar por qué hizo esas inversiones y simplemente intenta cortar la «mala racha» lo antes posible. Grave error.

¿Cómo solucionamos entonces este «inconveniente»? Primero, planificando. Estudia bien tus circunstancias personales y diseña un plan que se adapte a ti para mantenerlo en el tiempo. Segundo, no sigas la valoración de tu cartera con mucha frecuencia. Si coges una muy buena racha de rentabilidades positivas y rápidas no te emociones, es posible que no se sostenga en el tiempo. Si, por el contrario, entras y coges una mala racha, no te deprimas, si la selección fue buena se irá recuperando con el tiempo. Ayúdate de profesionales si no tienes claro cómo hacerlo. Tercero, mira tus inversiones en Bolsa como una parte más de tu patrimonio, un activo que quieres que crezca con el tiempo para darte un mayor confort futuro. Al igual que la de tu casa, su valoración fluctuará, pero seguramente en el futuro te alegrarás de haberlo mantenido.

Por cierto, acabo de hacer una búsqueda de «recesión» en Google. En 0,51 segundos me ha arrojado aproximadamente 1.080.000 resultados. Pero me he quedado tranquilo, entre sus sinónimos solo figuran «contracción», «desaceleración» o «ralentización». Y viendo últimamente las noticias temí que pudiera salir «apocalipsis» o «armagedón». Menos mal.

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