Un sello canario de distinción en China
Pocas voces más autorizadas hay en Canarias que las de Clara Cabrera y su equipo de profesionales para hablar de las transacciones comerciales con China, ahora tan cuestionada por el mercadeo impuesto con la crisis del coronavirus y que ha destapado inflaciones repentinas y prácticas fraudulentas en la fabricación y distribución de material sanitario.
Clara Cabrera es presidenta de Titerro Internacional, empresa integrada en el Grupo CYP y cuyo aval es imbatible con el país oriental: más de 20 años de experiencia en la producción y comercialización de maquinaria, químicos, materiales sanitarios y plásticos, entre otras mercancías. Las operaciones con China constituyen casi el 70% del volumen de negocio anual del grupo, que tiene oficina propia en la ciudad de Tianjin y una red de proveedores y operadores logísticos que le garantizan el abastecimiento de sus clientes, hasta el punto de que, en tiempos de crisis mundial como los actuales, ha podido solventar, «tirando de contactos e influencias», todas sus previsiones y envíos. Una excepción en mitad del caos reinante y que, como Cabrera explica, «ha pillado en ascuas al gobierno chino, europeo y americano, sin excepciones».
«El factor sorpresa de esta pandemia ha sido devastador. Y la ausencia de control y regulación por parte de China, que no ha tenido tiempo para asumir la demanda salvaje que ha surgido en las últimas semanas, ha llevado a una situación que me recuerda a la antigua China, cuando no existía el compromiso, nadie tenía garantías y los acuerdos se rompían de un minuto a otro. Es lo que está pasando ahora. Opero cada día con China y estoy viendo, a través de mis colaboradores de confianza, que un trato te dura hasta que llega otro y paga el doble, se hace con los metros cúbicos contratados en un chárter y se queda con la mercancía que creías que tenías garantizada», expone.
Así, considera que la irrupción de Estados Unidos «agrava todo» porque aumenta más una demanda «ahora absolutamente sobrepasada y que está colapsando» el circuito productor y exportador de China, a cuya actual coyuntura límite se añaden otros dos factores de peso: el intrusismo por parte de manos inexpertas que se han subido al carro de estas importaciones sin conocer el sinfín de dificultades que pueden surgir después de un aparente acuerdo y la creciente oleada de precios, en muchos casos abusivos, de los distribuidores de materias primas.
«Hay suficientes fábricas en China para abastecer al mundo. El problema es que no todas cumplen con las normativas que tenemos en Europa. Y, claro, en la espera de obtener esas certificaciones, son muchos los agentes consultores chinos que prometen acelerar unos procesos de homologación faltando a la realidad o directamente orientando a compras con origen dudoso y sin las más mínimas garantías que requieren estos productos sanitarios o EPIS» , apunta. En su opinión, Europa debería confiar, como han hecho los americanos, en la denominada white list (registro de entidades reconocidas) que ha creado el gobierno chino, tarde pero oportunamente, que se utilizó y se utiliza para paliar el coronavirus.
«Las relaciones personales han cobrado una importancia capital para evitar gestiones en vano o, en el peor de los casos, estafas. En el caso de Titerro Internacional, nos hemos adelantado a la jugada para sortear mil y una dificultades. Conocemos el entorno y nuestros agentes, con los que llevamos años de relación fiel y estable, nos han permitido manejarnos en esta jungla que ha degenerado en un mercadeo desproporcionado y que, por desgracia, ha tenido impacto en hogares y centros médicos, que es lo más doloroso. En China, no se puede entrar como muchos lo han hecho y ahora pagamos todas estas consecuencias», dice.
Clara Cabrera quiere expresar su vocación altruista de servicio y se pone a disposición de las autoridades políticas y sanitarias por si su estructura logística y agenda pudieran aliviar «aunque sea una mínima parte» los problemas de abastecimiento de material sanitario que se siguen dando. «Hay soluciones, pero siempre que se sepa actuar, por los canales adecuados y con conocimiento de causa y contexto», insiste desde la atalaya que le da una trayectoria empresarial de prestigio con un país devorado por los efectos de la pandemia.