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Un verano diferente: turismo nacional y la mitad de los hoteles cerrados

Un verano diferente: turismo nacional y la mitad de los hoteles cerrados

Se cambiará la forma de viajar y los alojamientos elegidos, pero el sector advierte de que sin visitantes extranjeros no salen las cuentas.

EDURNE MARTÍNEZ y Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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Cada semana que pase a partir del 1 de julio sin recibir turistas extranjeros se traduce en 5.000 millones que las empresas del sector dejan de facturar en relación con el año pasado. Y la incertidumbre en torno a la fecha en la que los turistas podrán entrar en España no ayuda. Esta semana ha habido un «baile de fechas» que complica la situación del sector, ya que se puede confundir a los visitantes y que terminen decantándose por otro destino. Desde Exceltur, la patronal del sector, recuerdan que los ciudadanos de países como Alemania, Holanda o Suecia son muy metódicos y necesitan saber con bastante antelación dónde irán este año de vacaciones, por lo que podrían cambiar su habitual semana en Baleares, Levante o la Costa del Sol por otros países en los que ya no exigen cuarentena.

Es una pescadilla que se muerde la cola: si no hay demanda turística, no abrirán muchos hoteles. Si no hay hoteles abiertos, tampoco hay restaurantes a plena actividad. Y sin hoteles y restaurantes abiertos, no habrá demanda turística. «En el mejor de los casos, en julio estarán abiertos el 50% de los hoteles en España», señala José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. Con la mitad de los establecimientos cerrados, es imposible que se llegue a las cuotas de turismo de años anteriores, aunque Zoreda mira con optimismo: «Si en julio la cosa va muy bien, es posible que en agosto haya una sorpresa y abran más hoteles, pero será ya en agosto porque no se puede improvisar la frecuencia de los vuelos o la apertura de hoteles de un día para otro por mucha demanda que haya».

Todos los agentes de la cadena turística son conscientes de que la demanda se desplomará en comparación con otros años. Según datos del INE, entre julio y septiembre de 2019 llegaron a España 28,9 millones de turistas extranjeros, cifra que es prácticamente imposible que se repita este año. Y a menos visitantes, menos ingresos. Solo en el verano, dejaron en España unos 33.200 millones de euros. «Hay que saber que la demanda bajará por dos factores: la caída de ingresos de la población por la crisis económica y la desconfianza a viajar porque el virus sigue dando vueltas y no tenemos una vacuna aún», explica Zoreda.

El volumen de empleo que depende de ello es altísimo. Los últimos datos de la Seguridad Social apuntan a que el sector con más afectados por un ERTE es la hostelería, con más de 875.500 personas. De ellas, unas 220.000 trabajan en servicios de alojamiento y casi 656.000 en bares y restaurantes. También hay que sumar los casi 113.000 profesionales de actividades recreativas en ERTE, también muy vinculadas al turismo.

Vacaciones sin salir del país

Por eso, los hoteleros confían en el turismo nacional como fuente de ingresos. Los españoles viajarán por su país como se hacía en los años 70, cuando volar al extranjero aún no estaba tan normalizado. Eso sí, desde Exceltur aseguran que «bajo ningún concepto» este turismo nacional podrá conseguir que se recupere el sector. Aunque hay algunas excepciones, como las zonas de ambas Castillas, los Pirineos o Galicia, donde el peso del turismo nacional es del 70% u 80% y este año se prevé que aumente.

Desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), su presidente Jorge Marichal explica que ha habido un repunte de reservas desde que el presidente Pedro Sánchez anunció que en julio podría haber turismo, pero en términos absolutos «aún están muy lejos de las del año pasado». Confirma además que ha habido un «trasvase de reservas» de los achipiélagos a la costa peninsular y al interior, que se está «beneficiando mucho» de esta situación.

Las islas tienen una situación más problemática, sobre todo Baleares, donde el 90% del turismo que se concentra en verano es extranjero. Aunque la demanda nacional se duplicara, no pasaría de una cuota del 20%. En Canarias la relación es 70% extranjeros y 30% nacionales, aunque aquí podrán salvar la situación si en su temporada alta, que empieza en octubre, reciben más turistas.

En la costa levantina, el 60% de los visitantes habituales del verano son extranjeros, fundamentalmente ingleses, un mercado que por el momento no tiene muchas posibilidades de viajar. Y en Andalucía podrán capear mejor la crisis ya que la mitad de sus turistas en verano son nacionales. Incluso podrían ver repuntar los ingresos ya desde este mes de junio cuando los ciudadanos se puedan mover entre provincias, ya que el 55% de la demanda turística nacional son los propios andaluces.

Desde la web de reservas Booking confirman que los viajes nacionales son los más buscados actualmente por los españoles. Hasta ahora, las reservas de alojamientos en España para el verano representaban el 45% del negocio total de la plataforma, pero ahora ha aumentado al 70%. Además, en cuanto al tipo de alojamiento más buscado, desde la compañía aseguran que los hoteles representan este año solo el 35% del total, mientras que los apartamentos ya suponen el 31%, cuando el año pasado fue el 20%.

Más allá de los ingresos del sector, habrá un impacto a nivel país. La caída del turismo ha supuesto que España ingrese 10.000 millones menos por la pérdida de turistas de marzo a mayo. Lo que está en juego, además del empleo, es el superávit exterior, que hasta ahora se mantenía gracias al turismo, que llegó a aportar el 3,7% del PIB, según el Banco de España.

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