La mayoría de municipios turísticos siguen sin adaptarse al cambio climático
María Dolores Pitarch Garrido
Professor of Human Geography, Universitat de València
Jueves, 26 de septiembre 2024, 23:08
Secciones
Servicios
Destacamos
María Dolores Pitarch Garrido
Professor of Human Geography, Universitat de València
Jueves, 26 de septiembre 2024, 23:08
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
El calor nos afecta en lo físico y en lo anímico. Con el calor sofocante del verano, el recuerdo de que nos encontramos en un contexto de cambio climático se vuelve evidente. El turismo se encuentra entre las actividades más afectadas por el calentamiento global y sus consecuencias. Estos impactos no solo están documentados por la ciencia, sino que los propios viajeros deben considerarlos al planificar sus viajes.
Uno de los efectos más evidentes es la reducción de la temporada de esquí en destinos de montaña debido a la disminución de nieve. Además, el incremento de olas de calor ha llevado a una mayor demanda de destinos frescos y montañosos durante el verano.
La subida del nivel del mar también afecta a resorts y atracciones turísticas costeras, causando daños significativos a infraestructuras como hoteles, puertos y paseos marítimos durante las tormentas.
La escasez de agua, especialmente en regiones áridas, amenaza la sostenibilidad de hoteles y atracciones y exacerba los conflictos por su uso.
Estos cambios no solo impactan en la infraestructura, sino también en la biodiversidad y los ecosistemas, que a menudo constituyen el principal atractivo turístico. La modificación de estos entornos naturales provoca cambios en la demanda y, por ende, en el negocio turístico.
La relación entre turismo y cambio climático
La relación entre cambio climático y turismo es bidireccional. Resulta sorprendente constatar que en el resumen del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2023) realizado para los responsables políticos, la palabra turismo aparezca una sola vez. Pero el turismo es mucho más que un sector de actividad, es una forma de vida, una experiencia y una definición del territorio.
ONU Turismo ha realizado diversos estudios sobre turismo y cambio climático. Según los últimos datos, para 2030 las emisiones de CO₂ del turismo correspondientes al transporte aumentarán un 25 % con respecto a los niveles de 2016, lo que representa el 5,3 % del total de las emisiones antropogénicas en 2030.
Ante esta realidad, ONU Turismo insta a los países a acelerar la descarbonización y comprometer al sector turístico en esta tarea. Además, dedica importantes esfuerzos a la elaboración de informes y eventos para la promoción del turismo sostenible. Entre otras cosas, ha conseguido que la ONU realice una resolución para la «Promoción del turismo sostenible y resiliente, incluido el ecoturismo, para la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente».
La mayoría de informes sobre cambio climático y turismo están pensados a escala global o nacional. La realidad es muy diferente en los destinos turísticos locales. Es en el territorio, en la ciudad, en el pueblo o en el espacio rural o natural, donde el cambio climático adquiere características particulares. Por tanto, la escala local es la que marca la diferencia.
Cualquier acción de adaptación a las consecuencias del aumento de la temperatura media de la Tierra deberá realizarse desde la idiosincrasia propia de cada territorio. Hay que considerar no sólo las características físicas y sociales del mismo, sino, fundamentalmente, el modelo turístico existente.
No todos los territorios turísticos son iguales
El modelo turístico de sol y playa, el que acoge el mayor número de turistas en el mundo, y en España, está en riesgo. Este tipo de destinos suelen presentar una elevada estacionalidad y, además, son muy dependientes de la segunda residencia. Estas características hacen que la adaptación sea algo más compleja. El aumento de las temperaturas en verano puede provocar un abandono masivo de estos destinos.
Es necesario regular el número de turistas, evitar que se acumulen en fechas concretas. Garantizar el confort climático a través de inversiones urbanísticas y el diseño de refugios climáticos es esencial. Además, es fundamental formar e informar a los turistas sobre la normativa de seguridad y gestión del riesgo, especialmente cuando no dominan el idioma del destino. El aumento de la calidad de la experiencia mientras se reduce el impacto del aumento de la temperatura es un objetivo urgente.
El modelo de turismo urbano requiere de otras estrategias. La oferta turística de las ciudades está muy vinculada a la cultura, las compras, los eventos, etc. Pero las autoridades locales no pueden tomar decisiones sólo basadas en mantener la oferta turística. El correcto equilibrio entre las necesidades de la población residente y la llegada de turistas es la clave para la adaptación.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.