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La gastronomía, el deseado valor añadido

La gastronomía, el deseado valor añadido

Canarias apuesta por atraer a los turistas gastronómicos, que no solo viajan en busca de reconocidos restaurantes sino también de productos locales excelentes

Miércoles, 18 de enero 2023

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Hay destinos en los que automáticamente, además de sus numerosos encantos naturales o arquitectónicos, se nos viene a la mente su gastronomía. España, por supuesto, Japón, México o Italia han sabido convertirse también en destinos gastronómicos de primer nivel, atrayendo a un gran número de visitantes que ponen esa experiencia sensorial en un lugar privilegiado de cosas que hacer en el destino.

Es evidente que Canarias atrae a millones de turistas en gran medida por su agradable clima durante todo el año, su gran planta alojativa, sus playas y sus fantásticas conexiones aéreas con los países emisores. El ser territorio europeo también influye positivamente, pues aporta seguridad y tranquilidad a los visitantes. Con todos esos ingredientes, una gran mayoría de estos turistas, una vez en Canarias, se dan cuenta de que este territorio, además de tener sol, playa y magníficos hoteles, le puede ofrecer una experiencia gastronómica de primer nivel, con unos productos valorados a nivel internacional, como los quesos o los vinos, y con una oferta de restaurantes cada vez más reconocida en las principales guías especializadas.

Es el valor añadido a una experiencia perfecta. De ahí que la estrategia regional para atraer a turistas de mayor poder adquisitivo se centre en las experiencias, y ahí la gastronomía juega un papel fundamental. Canarias ya mira sin complejos a otros territorios españoles más mediáticos en este sentido, y esta es una fantástica noticia, porque el turismo gastronómico, según señalan numerosos expertos en la cuestión como Saborea España, no para de crecer en todo el país. Fitur servirá para vender las cualidades culinarias canarias, y además cada isla puede ofrecer productos diferenciados, lo que demuestra la versatilidad y generosidad de la oferta. Para el turismo nacional, cada vez más importante, la parte gastronómica puede suponer un interesante y rentable plan que Canarias debe promocionar y vender, pues es una oportunidad de oro para conseguir atraer a nuevos perfiles que antes no se planteaban venir.

Y es una gran oportunidad porque el archipiélago se encuentra en su mejor momento gastronómico, de esto no cabe duda alguna. La potente apuesta de los hoteles de lujo por acoger a grandes cocineros que luchen por las estrellas Michelin es una buena muestra de ello. Y más allá de las estrellas, que son muy valiosas de cara a aumentar significativamente el nivel de la estancia para los millones de turistas que acuden anualmente a las islas, también estamos asistiendo a un movimiento de la nueva hornada de jóvenes cocineros que están apostando decididamente por el producto local y de cercanía.

Esto es fundamental, porque la gastronomía, el sector primario y el turismo forman un triunvirato poderoso que unido es casi invencible. Lo estamos viendo, por ejemplo, con numerosas bodegas que están transformando sus instalaciones para convertirse en un reclamo turístico de primer nivel.

Platos icónicos

La gastronomía canaria es tan diversa que los visitantes tendrán la oportundiad de conocerla a fondo.

C7

Casos como el de Lanzarote, donde en La Geria las bodegas han sabido vender perfectamente la parte más recreativa y, junto con catas, cursos y rutas, permiten a los felices turistas recorrer las instalaciones bodegueras y ser testigos privilegiados del proceso vinícola. También ocurre en Tenerife con muchas bodegas del norte de la isla, y en Gran Canaria la estrategia convertida en la Ruta del Vino ha empujado a numerosos bodegueros a seguir el mismo camino, lo que genera una nueva fuente de ingresos para ellos, además de puestos de trabajo y como es lógico, una mayor riqueza en la oferta al visitante.

El siguiente paso será buscar la fórmula para que los actores del sector primario tradicional, ganaderos, agricultores y pescadores, puedan formar parte de esa rueda y verse beneficiados por las ventajas que tiene formar parte de la estrategia turística gastronómica. Eso llevaría más mano de obra a esos necesitados oficios, potenciaría las zonas rurales y quizás los jóvenes miraran de nuevo a la tierra. Aunque para eso queda mucho trabajo.

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