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Imagen de archivo del Puerto de la Cruz, uno de los primeros lugares de explotación turística en las islas. C7
Expectativas en el sector turístico local
ANÁLISIS

Expectativas en el sector turístico local

Y ya que estamos, un aplauso para Binter que, parafraseando a Santa Teresa, ha optado por hacer ampliación de rutas en tiempos de precariedad aprovechando huecos de competencia

SALVADOR GARCÍA LLANOS

Miércoles, 19 de enero 2022, 00:00

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Un hotel de los clásicos portuenses, emplazado en pleno parque de Taoro, cambia de propiedad. El hotel Miramar, frente al antiguo hotel luego Casino, cercano al Tigaiga, es uno de los lados de un triángulo que, teóricamente, se verá enriquecido cuando culmine la actuación de restauración que el Cabildo Insular había concertado con una firma hotelera de la que nunca más se supo, salvo que fue interrumpida por la pandemia cuando parecía que ya estaba todo dispuesto para afrontarla.

Si se acomete alguna reforma también en el Miramar, cuando se complete la del Taoro, toda la zona (incluida la cafetería-restaurante del mirador y la cascada, en La Atalaya) se revalorizará, qué duda cabe. Probablemente, no estarán acompasadas las obras, de modo que más pronto que tarde sería positivo aprovechar para un reacondicionamiento de todo el sector, especialmente en lo que concierne a jardines, vías interiores y servicios. Desde el área de Ciudad Sostenible o desde el Consorcio de Rehabilitación Turística ya deben ir concibiendo -si no lo han hecho ya- una suerte de plan director de las actuaciones que proceda y consensuarlo, claro, con las respectivas propiedades.

El parque -se ha dicho hasta la saciedad- es un un auténtico pulmón. Tiene de todo al alcance y es posible crear espacios para que el disfrute de nativos y visitantes sea generoso. A lo largo de los últimos años centenares de corredores y practicantes de ejercicio físico han tenido en el Taoro un recinto idóneo en cualquier época del año. Ahora es cuestión de revitalizarlo y brindar un nuevo recurso a la ciudadanía.

No por grandes ofertas, vendrán muchos más clientes. O no será rentable.

No es el único movimiento en el escenario turístico del Puerto de la Cruz. Hace pocos días, reabrió Diamante Suites, en las cercanías de la carretera insular de Las Dehesas. Ahora lucirá otra denominación, Alua Soul Orotava Valley, parte del inmueble sigue aún con reformas. Y si no surgen contratiempos, el miércoles 12, con la denominación Alua Tenerife, estará de nuevo en funcionamiento el hotel Turquesa. Ya deben estar pues algunos contratos formalizados y hasta grupos de firmas como Mundiplan.

Invierno turístico, pues, a medio gas, en plena incertidumbre, acentuada por la emergencia sanitaria. Hay que aguardar a que baje la ola, mentalizados de que esto va para muy largo. O por lo menos, nadie está en condiciones de asegurar una solución a corto y medio plazo. Por consiguiente, ocupaciones medias como norma y mantener calidad de servicios y precios. No por grandes ofertas, vendrán muchos más clientes. O no será rentable, salvo en estrategias de minimizar pérdidas.

El análisis de situación consigna un serio problema del sector: la imposibilidad de preparar 'stocks' en temporada baja para su venta en temporada alta. Preparación y venta son simultáneas, los picos de demanda y producción no se pueden diluir en el tiempo (antes o después...). Menos mal que Canarias sigue gozando de una privilegiada ocupación media anual.

Suponemos que habrá diversidad de opiniones pero el sector debería entender que es mejor reducir aforos y horarios ahora que volver a situaciones de confinamiento, como ya hemos visto en países europeos estas en las fechas festivas más recientes. Y el Gobierno, a colaborar, evitando si es posible 'opiniones personales'.

Se precisa, por cierto, información actualizada de las frecuencias que mantienen o modifican las distintas lineas aéreas, especialmente procedentes de mercados no nacionales.

Y ya que estamos, un aplauso para Binter que, parafraseando a Santa Teresa, ha optado por hacer ampliación de rutas en tiempos de precariedad aprovechando huecos de competencia y sin aplicar ofertas agresivas. Su estrategia actual se hace acreedora de un premio futuro. Algún proyecto insular en este ámbito, superados el brindis al sol y los escarceo iniciales, debería tener en cuenta estas consideraciones, sea dicho con todos los respetos pensando en la corresponsabilidad institucional y los empleados afectados.

Llega Fitur.

Veremos.

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