Inocencio González advierte de que los tiempos que vienen van a ser duros para defender los derechos de los trabajadores.C7
González pasa el testigo de CC OO Canarias tras 8 años de secretario general y 36 en la lucha sindical
Relevo en el primer sindicato de las islas ·
Afirma que en las últimas 4 décadas «se ha retrocedido» en derechos por la individualización de las relaciones laborales. «El empresario tiene cada vez más peso», advierte.
A Inocencio González Tosco -conocido como Chencho- le da vértigo mirar hacia atrás y descubrir que han pasado ya 36 años desde que comenzó a militar en Comisiones Obreras Canarias, en donde se inició animado por compañeros de otras organizaciones sindicales cuando apenas llevaba unos años trabajando en el antiguo Instituto para la Conservación de la Naturaleza, el ICONA. Organismo entonces del Ministerio de Agricultura y que hoy, tras los distintos procesos de transferencias, está integrado en el Cabildo de Tenerife, en el área de Medio Ambiente.
«He pasado por todo», afirma González que se jubilará el próximo 1 de junio con algo más de 45 años cotizados. Llegada esa fecha, una semana antes, habrá cedido el testigo sindical a Vanesa Frahija, actual secretaria general de CC OO en Lanzarote y que se convertirá en la nueva líder regional en el congreso que celebrará el sindicato los próximos 22 y 23 de mayo.
González da el paso a un lado, tras años «de martillo pilón» en defensa de los derechos de los trabajadores canarios, y convencido de la necesidad de un cambio. «Podría haber renovado un tercer mando pero no tenía ningún sentido. Debe venir gente nueva. Hay que dar paso», señala. Como indica, Frahija «hereda» una organización de 41.000 afiliados, con más de 4.300 delegados y una gran reputación institucional. No en vano es la primera fuerza sindical de las islas a nivel regional. «Va a saber hacer muy bien el trabajo y va a mantener la cohesión tras las disputas del pasado que solo nos dividían. La unión va a ser fundamental para afrontar lo que viene», indica.
El aún líder de CC OO de Canarias, Inocencio González Tosco, es pesimista en cuanto a lo que está por venir en los próximos tiempos. El avance de la ultraderecha, la desafección que existe hacia las organizaciones sindicales y el «papel intransigente» de los empresarios le llevan a afirmar de forma rotunda que en los próximos años «va a tocar defender con uñas y dientes los derechos conseguidos». Como apunta, cuestiones que se creían hoy consolidadadas en la ciudadanía y vinculadas a la igualdad, la tolerancia y la diversidad «están en tela de juicio» por la ultraderecha.
En su opinión, en los próximos procesos electorales que haya en este país el PP «no se va a sonrojar» lo más mínimo si las cifras no le salen y tiene que pactar con la ultraderecha. «Pasó hace dos años y nos salvó que Pedro Sánchez pudo conformar un gobierno de progreso y con el que hemos logrado aumentar el SMI, consolidar una reforma laboral necesaria y tener un sistema público de pensiones pero en el camino quedan muchas cosas», señala González que apunta, entre otras, al déficit y la carestía de vivienda.
Inicios desde abajo
Tras el temprano fallecimiento de su padre con 50 años, a Inocencio González no le quedó más remedio que, ponerse a trabajar con 17 años. «Tenía solo el bachiller pero no había más opciones», recuerda este histórico sindicalista que comenzó a ejercer en el nivel laboral más bajo. «Hice de todo. En aquel tiempo no teníamos derecho a prácticamente nada ni a indemnización ni a paro», recuerda González, que, tras dos años «cargando palos», pasó a la gestión administrativa de la oficina y allí estuvo hasta los 27 años.
Sindicalistas de otras organizaciones le contactaron y así dio el salto al mundo de la lucha por la defensa de los derechos de los trabajadores, a la que ha estado entregado en los últimos 36 años. Tal es así que, ahora, ante su próxima jubilación, se pregunta si será capaz de pensar solo en sí mismo. «Llevo tanto tiempo pensando en lo colectivo que ahora mi problema es reaprender a pensar en mí», indica.
Cuando echa la vista atrás, a sus 65 años y tres meses de edad, al comparar el antes y el ahora del mercado laboral, afirma que se ha retrocedido por la «individualización» de las relaciones laborales. «Ahí se ha perdido mucho. Nos hemos vuelto más individuales y más vulnerables frente a un empresario que gana en poder. Como se consiguen los derechos y se logra avanzar es con la colectivización de las reivindicaciones y aquí los sindicatos tenemos un papel fundamental», señala.
«Vienen tiempos muy complicados, de pelear derechos ya consolidados»
González reconoce que parte de culpa es de las propias organizaciones y de lo mal que se actuó en tiempos pasados, generando una «desafección» de los ciudadanos hacia los sindicatos similar a la que hay a la política y a los partidos. «Fue la época de los comegambas y los subvencionados. Lo que vivimos hoy no es casual», manifiesta.
También juega en contra de las organizaciones sindicales de hoy la «excesiva diversificación» de representatividad, con un elevado número de sindicatos.
Pese a todo, González reivindica el papel que los sindicatos han jugado en el diálogo social de Canarias y la mejora de los derechos. Especial mención hace a la situación que generó la covid, con la paralización absoluta de la actividad turística y que llevó a su casa a miles de trabajadores. La figura de los ERTE fue entonces clave, como destaca Chencho, que asegura que si las medidas hubieran sido las mismas que las de la crisis de 2008 Canarias tendría ahora más de 400.000 o 500.000 desempleados (más del doble de las actuales) y seis millones en España.
«Hemos trabajado muy bien y mucho de la mano no solo del Gobierno sino también de los empresarios y se ha logrado mantener empresas y empleo», señala el aún líder de CC OO que, pese a lo conseguido, indica que queda mucho por hacer. Asimismo advierte de que el camino no está exento de dificultades ante una patronal «cada vez más reacia a arrimar el hombro».
Uno de los objetivos fundamentales para González es acabar con la «paradoja» que se da en Canarias entre un PIB que crece con fuerza y una riqueza al alza y unas tasas de pobreza «que avergüenzan a cualquiera», poniendo en evidencia que no hay reparto de riqueza en las islas. «Nos alejamos en convergencia de Europa y hay que frenar esta tendencia», manifiesta.
«Hay una parte de la patronal muy reacia a avanzar. Están esperando el cambio político»
El desigual reparto de la riqueza es otra de sus preocupaciones: «No puede ser que el PIB de las islas sea histórico y que un 60% de esa riqueza esté en el 10% de la población», dice.
En este sentido, critica el inmovilismo de la clase empresarial. «Hay una parte de la patronal que es muy reacia a avanzar. No todos los empresarios ven la negociación colectiva de la misma forma y lo hemos visto con el conflicto de la hostelería. Unos sí arriman el hombro, otros no», dice.
A nivel nacional apunta al mismo problema, algo que ha llevado a los sindicatos a «acercarse» al Gobierno. «Los empresarios no están por la labor de avanzar porque están a la espera de un cambio de ciclo político», señala.
Su peor momento: el concurso de Forem
Hoy cuando se le pregunta por su peor momento al frente del sindicato, González lo tiene claro: el Forem le quitó horas de sueño. Asegura que los días previos a que el juez fallara y decidiera que el concursode acreedores de la Fundación Canarias de Formación y Empleo y solicitado por CC OO no había sido «culpable», como solicitaba el Ministerio Fiscal y el administrador concursal. «Cogí esto después de aterrizado y era una espada de Damocles. Al final, tras meses buscando y rebuscando papeles para justificar todo, el día de la sentencia que declaró el concurso fortuito, no sabes cómo respire», reconoce González seis años después de aquello.
González dice que, cuando se marche, dejará atrás el sindicato aunque de la militancia «no se puede jubilar» porque esa no se pierde nunca. Sus próximos años los pasará en su finca, donde pasará el tiempo entretenido entre sus árboles y sus animales. «No hay nada como amanecer y escuchar los pájaros y disfrutar de los pequeños momentos de la vida que no he tenido hasta ahora», indica González, que asegura que «no va a pasar ningún luto» cuando se jubile. «Es momento de vivir», concluye.
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