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El sector olivarero de las islas vive ahora mismo una situación crítica. Tras atravesar unos años muy complicados, los agricultores profesionales del olivar y las industrias del aceite están «al borde la quiebra económica» según denuncia la Asociación de Olivareros de Canarias (Asolica).
Su presidente, Matías Suárez, no «recuerda un año tan malo» en la producción de aceite en las islas, indicando que en Tenerife, la producción ha sido de un 5 % sobre la media anual de años anteriores, en Lanzarote, La Palma, El Hierro y La Gomera solo se registran pequeños porcentajes y en Gran Canaria y Fuerteventura, ni siquiera llega a haber producción.
Según un estudio realizado por la Agencia de Extensión Agraria de Arinaga, dependiente del Cabildo de Gran Canaria, se extrae que esta falta de producción se debe principalmente a la escasez de frío en los meses de invierno, que viene siendo cada año más patente en el archipiélago.
Las distintas asociaciones de productores de aceite en Canarias, entre las que destacan Asolica y las Industrias del Olivar de Gran Canaria-La Calidad exigen una ayuda inminente que garantice la continuidad del sector durante la temporada 2024-2025 y posteriormente una ayuda estructural que tenga en cuenta, a través del Posei y de otras líneas de subvención las especiales características de cultivo y producción del aceite en las islas, incrementando las ayudas y equiparándolas a otros sectores agrícolas en Canarias, como pueden ser el platanero o el aguacatero, que reciben ayudas millonarias mientras que el olivarero recibe un máximo de 530 euros de ayuda por hectárea. A su vez, piden que se asigne al olivar una ficha única con línea de apoyo exclusiva, sin que se le agrupe junto al aloe.
En la misma línea, el sector demanda contar con nuevas estrategias contra el cambio climático, con el objetivo de convertir las islas en centros de investigación en esta área crucial, desarrollando políticas para mejorar el aprovechamiento y suministro de agua para el cultivo, además de la necesidad de invertir en la profesionalización y organización del sector y la implementación de un programa de formación para el personal de almazaras y fincas productoras.
En la actualidad existen 54 empresas con registro sanitario dedicadas al sector de las oleaginosas y las industrias afines en Canarias: 39 en la provincia de Las Palmas y 15 en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, que se están viendo afectadas por las penalidades que pasa ahora mismo el sector olivarero.
Creación de un puesto para identificar variedades que requieran menos horas de frío y sean más productivas
Tener en cuenta las dificultades de acceso a riego en zonas de cultivo y el aumento de los costes.
Establecimiento de subvenciones para la comercialización de aceite de oliva virgen extra.
Inclusión del sector olivarero en las mesas de trabajo de las administraciones públicas.
Según Asolica, el sector olivarero en Canarias ha experimentado en los últimos años un crecimiento exponencial en todas las islas en cuanto a la superfice de producción se refiere, pasando de 50 hectáreas en producción en 2007 a 700 hectáreas (equivalente a siete millones de metros cuadrados) plantadas de olivos en todo el archipiélago en 2024. De hecho, el crecimiento es tal que se ha convertido en principal cultivo de la isla de Fuerteventura.
Según Matías Suárez, estos datos evidencian la importancia del cultivo no solo en el plano económico, con sus diferentes industrias afines (elaboración de aceitunas de mesa y producción de aceite de oliva virgen extra), sino también como «generador de empleo, fijador de población y desarrollador de un tejido empresarial en zonas rurales». Desde el punto de vista ambiental, el olivar contribuye a «regenerar terrenos agrícolas degradados», actuando de escudo contra la erosión del suelo, capturando carbono y conformando un paisaje particular integrado en la geografía de las islas.
Otro de los grandes motivos por los que el sector olivarero de Canarias está atravesando un momento muy complicado es el aumento de los costes de producción, los cuales evidencian aún más la desatención parte de las administraciones públicas, que según la Asociación de Olivareros de Canarias (Asolica), prioriza por encima otros cultivos potentes en Canarias como el del plátano o el aguacate.
Según datos que aporta Asolica, los costes de producción se han disparado en los últimos años. Producir un kilo de aceitunas en Canarias cuesta 1,48 euros, pero si se le suma el coste de recolección, de 1,11 euros por kilo, el total asciende a 2,59 euros por kilo.
Teniendo en cuenta ese coste total de producción y recolección, junto con el transporte y el rendimiento medio neto de aceite (12-13 % sobre 100 kilos de aceitunas), se necesitan entre ocho y nueve kilos de aceitunas para producir un litro de aceite, lo que representa un coste de 23-24 euros por litro, sin incluir los gastos de los análisis obligatorios en laboratorios de la península y los insumos (botellas, tapones y etiquetado).
Hay que recordar que de no solucionarse esta situación, muchos agricultores se verían afectados. Los datos que proporciiona Asolica reflejan que Fuerteventura cuenta con 210 productores de aceite, La Palma con 116, El Hierro con 80, La Gomera con 5, Tenerife con 75 y Gran Canaria con 210.
El presidente de Asolica, Matías Suárez plantea si Canarias «puede permitirse dejar morir» una actividad económica que ocupa siete millones de metros cuadrados de superficie a través de todo el territorio considerando que es necesario «transferir recursos del sector terciario al sector primario. Sin paisaje, no hay isla ni turismo. Los agricultores somos los jardineros y mantenedores del paisaje agrícola de Canarias», concluyó.
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