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Las malas noticias para el bolsillo de los consumidores se suceden. Es cierto que la espiral alcista de precios parece haber tocado techo, con la inflación situándose en una tasa interanual 10,5% en agosto, tres décimas por debajo del pico del 10,8% alcanzado en julio (su nivel más alto desde septiembre de 1984). Sin embargo, la ligera moderación que pone fin a una racha de tres meses consecutivos de subidas se ha quedado corta respecto a la estimación inicial.
En Canarias la inflación se situó en agosto en el 9,5%, un punto por debajo de la nacional; si bien, en tasa mensual Canarias fue, junto a Baleares, la única región en la que los precios subieron (pasaron del 9,4% al 9,5%). La inflación en las islas vuelve a niveles de 1985. La preocupación se centra en la inflación subyacente, que no tiene en cuenta alimentos frescos ni energéticos, que se sitúa en el 6,3%.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) anticipó hace unas semanas que el dato se situaría en el 10,4%, una décima por debajo del finalmente registrado. Y no hay que olvidar que el índice de precios de consumo (IPC) sigue anclado en cotas de doble dígito que mantienen en alerta a Gobierno, empresas y hogares, ante la pérdida de poder adquisitivo que se está generando en los últimos meses.
Por su parte, la inflación subyacente –considerada como la más persistente al excluir alimentos no elaborados y productos energéticos– también se incrementó en agosto tres décimas, hasta el 6,4%. Es su valor más elevado desde enero de 1993.
LA CLAVE
6,4%es el nivel más elevado registrado en el IPC subyacente desde enero de 1993.
ALZAS GENERALIZADAS. De las 57 rúbricas analizadas por el INE, un total de 20 registran subidas a doble dígito.
En términos generales, se puede concluir que la caída de los precios de la gasolina en las últimas semanas está detrás de la moderación del IPC respecto a julio. Pero el peso de los precios de la electricidad y de los alimentos ha impedido un descenso superior. Preocupa sobre todo el encarecimiento de muchos productos básicos; bienes de primera necesidad en los que la demanda no suele variar en exceso al no poder ser sustituidos. Es decir, afectan mucho las rentas bajas.
Los españoles pagaron en agosto un 13,8% más que hace un año por alimentos y bebidas no alcohólicas, tres décimas por encima de la tasa registrada en julio y la más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994. Solo hay un índice de los que componen el IPC, el de vivienda (que agrupa suministros como agua, electricidad o gas) que ha registrado un alza superior, del 11%.
Pero el encarecimiento de los alimentos es lo que más preocupa a las familias, con subidas de más del 20% en el último año, el doble que el índice general, en básicos imprescindibles de las despensas Sorprende especialmente el caso de productos de primer orden como la leche, cuyo precio se ha disparado casi un 26% en los últimos 12 meses.
El aceite lo ha hecho en un 24%, mientras que el alza de los huevos ronda el 22%. Otros habituales del carrito de la compra como los cereales se han encarecido en un 21%, mientras que el pan o la carne de vacuno lo hacen en el entorno de un 15%, igual que las patatas, las legumbres y las hortalizas frescas.
En total, de las 57 rúbricas que los técnicos del INE publican mes a mes, 20 de ellas registran subidas a doble dígito en solo un año. Y cerca se queda el pescado fresco, con un alza ya del 9,9%.
Si se pone el foco en la subida experimentada en solo un mes, los datos también llaman a la prudencia. La leche se encarece un 2,5% entre julio y agosto, mientras que los cereales lo hacen en un 1,4%. El turismo y la hostelería también subieron un 0,8% en el periodo de vacaciones por excelencia, cifra que escala al 8,5% si se compara con agosto de 2021.
El Banco de España alertaba esta misma semana de la presión alcista que los sectores del ocio, restauración y turismo están ejerciendo sobre la inflación. Y es que en los tres es superior a la registrada de media en la zona euro.
Desde el Ministerio de Economía confían en que la inflación se moderará en los meses de otoño. Esperan que haya una moderación de la demanda y se note ya la ayuda de medidas como el tope al gas, además de la caída en los precios de los carburantes.
Sin embargo, incluso los analistas más optimistas se han visto obligadas a reconfigurar sus quinielas para el conjunto del ejercicio. Los últimos en hacerlo han sido los expertos de Funcas, que ayer elevaron del 8,9% al 9,1% su previsión de inflación media anual. «A corto plazo, la clave del éxito estará en que las medidas de los bancos centrales tengan un efecto real de contención» en los precios, tal y como explica Pedro del Pozo, director de inversiones de Mutualidad de la Abogacía.
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