La luz nace en Los Guinchos desde hace más de medio siglo
Energía ·
La central de la isla de La Palma abre sus puertas para que la ciudadanía conozca su valioso equipo humano, que cada día pone a prueba su profesionalidadQuerido padre, en París rascas en la pared y se hace la luz», estas palabras formaban parte del contenido de una de las cartas remitidas por el hijo de un integrante de la burguesía palmera de finales del siglo XIX asentado en la capital francesa. La frase corrió como la pólvora por los círculos adinerados de la época y entre todos decidieron invertir para alcanzar un sueño que se convirtió en realidad el 31 de diciembre de 1893 cuando, por primera vez, funcionó el pequeño salto de agua de la central hidroeléctrica El Electrón. Ese hito convirtió a La Palma en la primera ciudad de Canarias y la sexta del mundo, después de París, Nueva York, Londres, Barcelona y Madrid, que pudo apagar los faroles de vela. Este acontecimiento supuso un importante cambio en la política energética de la Isla. Luego vino la central El Mulato y en la actualidad la central térmica Los Guinchos.
Así lo recordó el pasado 16 de julio, Mauro Fernández, el primer delegado de Unelco en la isla, quien a sus 87 años no sólo se mantiene en plena forma física sino que también alberga una biblioteca en su cabeza. Mauro lo explicó para todos los oyentes de La Cope en La Palma en un programa radiofónico emitido por primera vez desde la central térmica Los Guinchos que sirvió como homenaje para todos los trabajadores de la central que cada día ponen a prueba su profesionalidad y entrega con máquinas de hasta 50 años, unos grupos electrógenos que no han podido ser modernizadas por Endesa hasta que el órgano ministerial convocara el concurso de concurrencia público en marcha con quince años de retraso.
La Central Térmica de Los Guinchos, una de las más antiguas de Canarias y ubicada en La Palma, protagonizó estos días un hecho sin precedentes: abrió sus puertas a través de la radio a todos los vecinos de la isla para darles a conocer tanto el funcionamiento de las instalaciones como el meticuloso trabajo desempeñan para que haya electricidad en la isla. Pero sobre todo, Endesa quiso poner nombre y apellidos al equipo humano que la integra, formado por 48 profesionales ingenieros, licenciados, diplomados y otras especialidades que desde hace décadas dan vida a estas instalaciones las 24 horas del día, los 365 días del año.
Fue todo un homenaje de Endesa a sus empleados en la central, tanto a los que están en activo como a los que ya se han jubilado, ya que si algo se puso de manifiesto durante este día histórico fue que el mayor activo de la central es precisamente su equipo humano.
Los encargados de acercar el milagro diario de la luz en La Palma fueron Saúl Barrio, máximo responsable de Generación de Endesa en Canarias; José Antonio Melián, ex director de Los Guinchos; Fabio Barrachini, director actual de Los Guinchos; Fernando Capote, responsable de e-distribución en la Isla, y Erika Gómez, ingeniera. Además participaron dos antiguos empleados, Mauro Fernández, primer delegado de Unelco en la isla, y Rubén López, quien comenzó a trabajar en la central con apenas 14 años.
Palpar la energía, sentirla...
Mauro Fernández
De la mano de Mauro, los oyentes conocieron cómo fueron aquellos primeros años de electricidad en la Isla, cuando mantener funcionando un sistema que daba sus primeros pasos era todo un desafío. «Trabajábamos sin tecnología. Todo era manual. No había ordenadores, ni sensores, ni nada parecido. Era todo a base de oído, de tacto, de saber leer lo que pasaba con solo ver cómo parpadeaban unas luces o vibraba una pieza», rememora.
De aquellos años lejanos conserva aún miles de recuerdos y anécdotas, entre las que destacó aquella en la que una tormenta dejó sin luz al norte de la isla y, en plena madrugada, él y otros tuvieron que recorrer con linternas pistas llenas de barro para cambiar un transformador averiado. «Cuando lo conseguimos y vi cómo las luces se iban encendiendo casa por casa fue como ver un mapa de estrellas sobre la tierra», recordó emocionado.
Rubén Lopez
Rubén llegó a la central cuando apenas era un niño. Casi sin estudios, pero con muchas ganas de aprender y forjarse un futuro, se unió al joven equipo: «Aquel primer día fue impactante. Todo era enorme: los motores, los cuadros, el ruido. Pero no me asusté. Me puse a observar, a escuchar, a preguntar… y poco a poco fui entendiendo cómo funcionaba todo esto». Ya en su madurez, Rubén se convirtió en un formador clave para las nuevas generaciones de trabajadores, transmitiéndoles todos sus conocimientos y años de experiencia.
Entre sus alumnos de aquella época se encontraba José Antonio Melián, que acabó dirigiendo la central años después. Las cosas han cambiado mucho desde entonces, comenta el propio Melián, señalando que los equipos se han modernizado y la plantilla está ahora profesionalizada. Sin embargo, algunos de los motores tienen más de 50 años. Los palmeros, apuntó, están ahora «más concienciados» precisamente con la edad de dichos motores y saben que el personal de la central hace todo lo posible por mantenerlos. «Entienden el trabajo que hay detrás. Hacemos una labor pedagógica para que la gente lo comprenda».
Erika Gómez
En este punto, la ingeniera Erika Gómez señaló que los motores más antiguos de la central estaban pensados para un barco. Ella, con un pasado como oficial de máquinas en buques, se sintió «como en casa» al trabajar con estos equipos: «Hay pocas diferencias, mecánicamente el principio es el mismo».
Fabio Barrachini
El actual director de la central, Fabio Barrachini, relató que antes de incorporarse ya le habían hablado mucho de los viejos motores de Los Guinchos. «La primera percepción que tuve es que estaban bien conservados. Eso dice mucho del equipo humano de la central».
Cuándo se renovarán los equipos
Saúl Barrio
Renovar los equipos es una de las prioridades de Endesa. Sin embargo, tal y como explicó Saúl Barrio, máximo responsable de las centrales de la compañía en las Islas, Endesa ha sido la única empresa que se presentó al concurso de concurrencia pública convocado por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) para la generación eléctrica en La Palma y que se resolverá en los próximos meses.
«Ha habido una parálisis», señaló Barrio. «La ley para la renovación de los equipos salió en 2013, el concurso se convocó en 2024 y está a punto de resolverse». En ese tiempo, dijo, hay proyectos que se han parado y «se han perdido 15 años para renovar los grupos de generación» porque, aunque Endesa hubiera querido invertir en la generación de estos grupos, resulta imposible porque la administración general es quien tiene las competencias para permitir que lo haga.
Cero energético
Sobre el reciente cero energético ocurrido en la isla, Barrio detalló que ese día hubo un incidente en un grupo de generación. «El resto de grupos debía haber asumido ese corte. Pero la capacidad de reacción del resto de grupos no pudo asumir la potencia perdida», y explicó que se había previsto menos energía para ese día a esa hora que en 2024 y 2023. «La previsión del operador del sistema (Red Eléctrica) era inferior a la habitual. Al fallar ese grupo, se perdió la capacidad de reacción», relató. «El sistema colapsó, pero la reposición fue excelente, en una hora ya funcionaba uno de los equipos y en dos horas y media ya estaba repuesto», relató.
Y poniendo un símil culinario, expuso que el operador del sistema (REE) es el «jefe de cocina» y que en Endesa «sacamos los platos»: «Ese día se previeron menos platos para el hambre que había».
José Antonio Melián
José Antonio Melián puso el acento en la rapidez con la que se recuperó el servicio y explicó que cuando hay un cero hay también un protocolo a seguir, con unas comprobaciones y verificaciones del sistema para preparar la central para recuperar la energía. Este proceso, dijo, requiere un tiempo de al menos 50 minutos. «Cuando se han dado todos los pasos de las comprobaciones y demás, empiezan a encenderse los motores, paso a paso. En el cero vivido en La Palma, a la hora ya había luz en algunas zonas, lo que indica que se hizo muy rápido», incidió.
Por su parte Fabio Barrachini apuntó que el incidente ocurrió con él recién llegado al puesto y le reconfortó «el compromiso del grupo humano con la central», que calificó de «muy alto». «Hay que transmitirlo a la población de La Palma, que puede estar tranquila».
Fernando Capote
Fernando Capote se sumó al mensaje de tranquilidad, señalando que todos los sistemas son susceptibles de caerse, pero insistió en que las líneas y el sistema de distribución en la isla son «bastante robustos» y en que el mayor énfasis se pone «en que la reposición del suministro sea lo más rápida posible», como así ocurrió el 10 de junio.
Capote abundó en que al estar la red telemandada en la isla (que puede operarse en remoto), la reposición es «mucho más rápida que antes, cuando se tardaban horas porque había que mandar a alguien a un lugar concreto a activar un equipo».
Canarias, experta en emergencias
Durante el volcán «nos centramos en que las líneas se mantuvieran, aislando tramos para no afectar al resto y que no se dañara toda la red. Había un plan para que nunca faltara la luz, usando grupos electrógenos de emergencia si hacían falta o usando cubas de agua para limpiar las líneas y quitarles la ceniza». Se trabajó a destajo para que la Isla no quedara a oscuras.
Al final, «se tiró de ingenio -explica Fernando Capote- para subsanar lo que iba generando el volcán». Desde líneas colocadas en alto para evitar el calor del suelo, hasta ventiladores muy potentes para refrescar los túneles por los que discurría la única línea que unía el norte con el sur de la isla.
«La gente está muy implicada», señala Melián. «Si hay un cero la gente de días libres o de vacaciones viene voluntariamente y trabaja», expuso orgulloso del personal con el que ha podido trabajar durante años.
Todos los participantes en el programa de radio pusieron énfasis en la enorme calidad del equipo humano que trabaja en Los Guinchos y en la complejidad del trabajo que allí se realiza. «La gente se deja la piel todos los días para que la luz llegue a las casas sin incidentes», remarcó Barrio, mientras que Melián añadió que «la plantilla está muy profesionalizada y comprometida».
Un ejemplo de ello es que cuando tuvo lugar el cero energético, los empleados que no estaban en turno acudieron rápidamente a sus puestos de trabajo para colaborar en la recuperación del servicio.
Erika Gómez narró su propio caso. «En 10 minutos estaba en la central. Y todos juntos comenzamos a trabajar para reponer el suministro. En solo una hora ya había vuelto la luz a algunas zonas». Y poco después, gracias al esfuerzo de todos y todas los que conforman Los Guinchos, la isla volvió a brillar con luz propia sobre el Atlántico. «Es emocionante y gratificante. Todo lo que afecte a La Palma nos afecta a todos», concluyó Melián.