Las agencias de viajes viven el peor momento de su historia
El sector no solo no tiene ventas desde hace días sino que además tiene que hacer frente a las devoluciones de paquetes y billetes vendidos hace meses. «Estamos saturados y angustiados», señala la directora de una agencia de viajes
Las agencias de viaje quisieron ayer alzar la voz para dar a conocer la delicada situación que viven desde que comenzaron los primeros casos de coronavirus en nuestro país y que consideran como el peor de su historia. Según expresa Ana Ojeda, directora de varias agencias de viaje en Las Palmas de Gran Canaria, el problema de las agencias de viaje, a diferencia de otros sectores, es que no solo están dejando de ingresar estos días sino que están gestionando numerosas cancelaciones que implican devoluciones de dinero a los clientes. Un dinero, que según apunta, ellos mismos no han cobrado en muchos casos de aerolíneas y hoteleros.
«El trabajo que hemos desarrollado en los últimos seis meses se ha perdido por completo. Personas que a finales de 2019 adquirieron paquetes los están cancelando y nosotros estamos haciendo las devoluciones de un dinero computado en el ejercicio anterior. Es como si no hubiéramos trabajado» , apunta. A esta situación se suma que desde hace semanas no generan ninguna venta.
«Nuestro trabajo diario está consistiendo en gestionar cancelaciones y cambios de fechas, con la dificultad que esto supone, ya que está siendo muy difícil contactar con las aerolíneas además de intentar que los que s quieren ir lleguen a destino y que los que están fuera, regresen», señala Ojeda. «Está todo el sector angustiado al tiempo que desbordado y saturado», señala Ojeda, que advierte de los riesgos de esta situación para las 400 oficinas que hay en Canarias. «Hablamos de muchos puestos de trabajo», afirma esta directora de agencia de viajes, que considera que las medidas aprobadas por el Gobierno son insuficientes. «Los aplazamientos de pagos están bien pero el problema es que no vamos a tener dinero para seguir con la actividad. Debe haber ayudas directas porque este año lo cerraremos con absoluta seguridad todos en pérdidas», concluye.