La fuerte subida de los fletes asfixia más aún al comercio y eleva los precios al consumidor

La Covid-19 ha trastocado por completo el funcionamiento de la cadena de suministro mundial y la operativa tradicional del tráfico marítimo. Hay pocos barcos, menos líneas, puertos congestionados por la covid y un déficit de contenedores vacíos en casi todas las terminales del mundo. Esto unido a un fuerte repunte del comercio electrónico y de los pedidos ha disparado e l precio de los fletes en los últimos meses. Traer un contenedor de China de 40 pies cuesta hoy unos 6.000 euros frente a los poco más de 1.000 que costaba en 2019.

Son precisamente los fletes con Asia los que más se han incrementado, en torno a un 500%. En el resto del tráfico internacional la subida es menos intensa y ronda un 30%, según apuntan fuentes cercanas.

Este fuerte encarecimiento asfixia aún más al sector comercial y se traduce en una subida de casi todos los bienes que se consumen en el país y en Canarias. Electrodomésticos, muebles, ropa, vehículos, calzado... son objeto de la subida. Algunos productos vienen producidos y terminados de China pero muchos otros se fabrican en España bajo el 'made in Spain' o 'made in Europe' pero con componentes que proceden del país asiático, así que también se resienten del repunte en el precio de los contenedores.

En Canarias, solo un 5% de las importaciones que entran en el puerto de Las Palmas proceden de China pero el impacto de la subida del flete es superior, ya que la mayoría de los productos que entran de la península han sufrido previamente el encarecimiento en la importación por los puertos españoles bien como producto terminado o componente para su producción.

El sector comercial asegura que las empresas llevan meses asumiendo el incremento de los costes para no trasladar todo el peso de la subida a los consumidores y advierten de que la situación es insostenible. En algunos productos como los electrodomésticos ya se están produciendo subidas para compensar el alza del transporte y se prevén mayores incrementos en las próximas semanas. A los mayores precios se unen los retrasos en las entregas.

Las grandes empresas españolas cierran contratos a un año y esto les permitió mantener los precios a lo largo de 2020. El problema es ahora, cuando se están negociando los nuevos contratos con los actuales precios y no hay acuerdo entre las partes.

Fuentes del transporte marítimo internacional de Las Palmas explican la situación: «Canarias, al igual que el resto del mundo, está en la misma tendencia. Hay una disrupción de la cadena logística a nivel mundial porque en 2020 desaparecieron durante los meses de confinamiento los flujos habituales de carga y durante semanas los barcos no salieron de China. De repente todo se detuvo y en octubre se empezó de nuevo la temporada alta pero no había contenedores vacíos en los puertos. Si la logística internacional funcionara bien se moverían los contenedores de unos puertos a otros pero al romperse la cadena no hay contenedores libres en todas las puertos del mundo. Sobran donde no se necesitan y no hay donde se requieren y no se pueden mover con celeridad», explican.

Este déficit de contenedores, con menor volumen de barcos operando provoca que los buques vayan llenos y se suban los precios del flete. El fuerte repunte de las compras derivado del 'boom' que ha experimentado el comercio electrónico también ha provocado mayor demanda de carga que es difícil de cubrir. En octubre y noviembre salían cada mes de China a Estados Unidos 900.000 contenedores de 20 pies cada mes.

La solución al problema no es fácil porque, como recuerdan estas fuentes, la covid sigue aún afectando. En Estados Unidos, por ejemplo, en la costa oeste los barcos procedentes de China y cargados de miles de contenedores tienen entre una semana o quince días de espera para poder entrar a puerto y bajar la carga. «La congestión provoca que miles de contenedores estén paralizados en esos puertos», indican..

euros, es lo que cuesta traer al puerto de Las Palmas un contenedor procedente de China. Hace poco más de un año, costaba unos 1.000-1.200 euros. Los fletes internacionales con otros países han subido pero de forma menos intensa, en torno a un 30%.