«Para ser verdaderamente productivos tenemos que descansar y reponer»
Arantxa Herranz
Viernes, 30 de octubre 2020, 16:12
Experta en Psiconeuroinmunología y bioquímica cerebral, Jana Fernández dio un vuelco radical a su vida tras tropezar dos veces con la misma piedra: un episodio de estrés agudo que le provocó importantes problemas de salud. Desde entonces, decidió parar y dedicarse a ayudar a otras personas a alcanzar el bienestar físico, mental y emocional a través de un buen descanso. La experiencia le ha llevado a elaborar su propio método basado en 'las 7 D' del descanso: decisión, disciplina, dieta & deporte, dormir, desacelera, desconecta y disfruta
– Usted promueve el descanso como algo más que necesario. ¿Cuál es su filosofía?
– Parte de mi experiencia personal. Siempre me he dedicado a comunicación de moda y soy traductora. Pero hace unos años tuve una crisis de salud importante: trabajaba mucho, hacía deporte y tenía una gran vida social, pero estaba hecha un guiñapo porque no descansaba. Mi cuerpo estaba tan agotado que llegué a la depresión. Hacía muchas cosas y las hacia todas bien. Pero me encontraba todo mal. Aquello se tradujo en problemas con insulina, lagunas mentales... No fue grave, pero podía haber acabado mal.
– ¿Cómo llegó a concluir que el descanso es muy necesario?
– Gracias a la ayuda de mi psicóloga que me guió para salir de la rueda. Cuando estás dentro no te das cuenta. El punto de inflexión fue dedicarme a tomar el café de las mañanas sola, sin el móvil y sin pasear al perro. Me di cuenta de que solo había dormido cinco horas, que no tenía días de descanso. Hay que ser realmente consciente de que a veces, simplemente, hay que no hacer nada.
– ¿Cómo cambió su vida luego?
– Radicalmente. Tenía dos trabajos: el de la agencia que me pagaba las facturas y el otro que me daba la vida. Me hice autónoma, e intenté poner en marcha poner en marcha mi proyecto vital. En la parte personal he recuperado mi vida. Ahora decido cada minuto del día lo que hago, aunque no me apetezca. Elijo lo que quiero hacer y la prioridad que tiene. Y me encuentro bien de salud.
– ¿Cómo debe ser ese descanso? No todas las personas necesitan dormir igual…
– Descansar no es solo dormir. Mi método es particular porque dormir es clave, pero no único. Hay que priorizar, tomar decisiones y renunciar. Esa es la clave. No todo el mundo puede hacer lo que he hecho, pero sí analizamos las horas de descanso siempre le robamos tiempo. Nuestro organismo es muy primitivo y nuestros ritmos se rigen por la luz solar. Cuanta más rutina física tenemos, mejor. Debemos levantarnos y acostarnos todos los días a la misma hora, también en vacaciones. Si para dormir no puedo salir todos los días a cenar, ni acostarme tarde viendo la tele o las redes sociales, debo hacerlo.
– No hablamos solo de dormir...
– Hablo de disciplina. No podemos ir contra nuestra naturaleza y necesitamos hábitos para mantener un descanso y nuestra salud. Si estamos cenando pero chateando con el móvil, eso es vivir acelerado. Hay que hacer una sola cosa cada vez. Tener atención en varias cosas agota. El descanso no es solo recuperar, sino no gastar energía. La desconexión es descanso. Hay que saber utilizar la tecnología, porque consume nuestra energía y crea adicción. Nadie te da nada gratis. Te lo dan a cambio de tu 'mail' o geolocalización, de tu atención.
– ¿Cuál es su propuesta?
– Ruptura de la economía de la atención. Planificar muy bien dónde vas a ponerla y cuándo. No existe la multitarea. La atención es solo una. Si la divides saltas de una cosa a otra, pero es imposible que hagas todo bien.
– ¿Qué efectos notamos si descansamos mejor?
– Lo que más, y sin hacerse análisis, es que suben los niveles de energía. Cuando te despiertas estás descansado, y tienes energía a lo largo del día. El estado de ánimo también mejora. A nivel físico tienes una regulación del sistema endocrino, pues al dormir se renueva todo (como el hormonal) y se equilibra. Tu metabolismo funciona mejor, y sufres menor tendencia a la obesidad. Además, a largo plazo la privación de sueño influye en enfermedades mentales graves como Alzheimer, depresión o Parkinson.
– ¿Por qué tiene tan mala fama aburrirse o no hacer nada?
– Porque durante muchos años, sobre todo con el desarrollo industrial, tenemos la mentalidad de que debemos ser productivos pero, para serlo verdaderamente, hay que descansar y reponer. Lo entendemos para una máquina, pero no con nuestro cuerpo; creemos que tenemos una capacidad de rendimiento ilimitado.
– ¿A qué ha renunciado usted?
- He dejado de salir por la noche y he tenido que establecer otras formas de relacionarme con mis amigos porque no podía seguir este ritmo. Cuidarse no es solo comer bien y hacer deporte. Es descansar, dormir, desconectar, renunciar… Todo eso es salud.
Planifica tu tiempo y respétalo
Jana Fernández dice que romper con la rutina y la vorágine no es fácil. Es un proceso que no a todos les cuesta lo mismo. «Unos tienen constancia y otros necesitan ayuda», asegura. En sus servicios se dedica, sobre todo, a acompañar a una persona hasta que empieza a ver resultados y adquiere esa necesaria disciplina para seguir por sí sola dicho proceso. Porque, advierte, «con los hábitos malos en seguida ves el resultado, pero con los buenos es más complicado constatarlos a corto plazo». Pero ¿cómo se puede «romper » con esa inercia que nos lleva a estar todo el tiempo ocupados? Fernández subraya que lo primero es planificar. «Hay que hacer dos grandes bloques: mis horas de trabajo y el resto. Ahí debemos planificar el descanso y la vida».
Después toca elegir qué hacer y que no, «porque las horas del día son limitadas». Así, en su caso la media hora de almuerzo «es sagrada». Tanto que «no la combino con nada, ni siquiera con una llamada». Reconoce, eso sí, que adquirir estos hábitos cuesta tiempo, pero defiende que el cuerpo se acostumbra a cualquier rutina. Y aunque insiste en «tener disciplina», subraya que «tampoco hay que ser demasiado rígido porque te vuelves loco».