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E.R. / Tejeda
Lunes, 12 de noviembre 2018, 12:59
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El Parador de Cruz de Tejeda está ubicado en un lugar paradisíaco desde el que descubrir Gran Canaria, conocida popularmente como un continente en miniatura por la variedad de bellos paisajes que alberga, entre los que se encuentra la Caldera Volcánica de Tejeda.
Las 43 habitaciones de las que dispone el Parador de Cruz de Tejeda son el lugar ideal para desconectar de la rutina del día a día. Por esta razón, un 30% de los huéspedes que suele albergar el alojamiento son grancanarios que, en gran medida, acuden buscando el descanso y la paz que da estar en medio del Parque Natural del Nublo y del Paisaje Protegido de las Cumbres.
Así pues, este parador oferta la opción de alojamiento en regimen de solo alojamiento, alojamiento y desayuno o bien media pensión, teniendo además habitaciones sencillas y habitaciones tipo suite. No obstante, todas ellas cuentan con unas vistas inigualables de la naturaleza más verde de Gran Canaria.
Para quien, además del descanso, busca realizar actividades turísticas, a tan solo 9 kilómetros está el municipio de Tejeda, de visita obligada para quienes deseen descubrir el patrimonio arqueológico de la isla. Allí se encuentran vestigios de cuevas de enterramientos, gravas, pinturas y casas de los aborígenes canarios.
Así pues, otro atractivo turístico es la visita al Parque Arqueológico de Bentayga, un ecomuseo que sirve de centro de interpretación de los roques: Bentayga, Andén de Tabacalete, Cuevas del Rey y el Roquete.
Apariencia. En todas las habitaciones del Parador de Cruz de Tejeda se ha cuidado al máximo la decoración rural, con mobiliario de aspecto tradicional. En este sentido, a la hora de rehabilitar las diez habitaciones que han tenido que ser repuestas al completo, se ha optado por buscar enseres que respeten esta apariencia, aunque no sean exactamente los mismos.
Estación ideal. El invierno es la mejor época para disfrutar del Parador de Cruz de Tejeda, ya que su estilo rural gana mucho más encanto acompañado por el frío. Así pues, en todo el alojamiento se disponen de amplios ventanales que permiten disfrutar de la lluvia y del paisaje invernal desde el calor del dormitorio o del salón de chimenea.
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