La digitalización obliga a cambios en la gestión empresarial y en la regulación laboral

Las disrupciones en el mercado de trabajo y su repercusión en el modelo económico y social fueron analizadas ayer en un evento convocado la Asociación Española de Directivos, presidida en Canarias por José Juan González Salmah, en colaboración con el Colegio de Economistas de Las Palmas, regido por Alcibiades Trancho Lemes. El acto se celebró en el hotel Santa Catalina.

El debate, que fue dirigido por Rosa Rodríguez Díaz -coordinadora del Grupo de Opinión Economistas en la Sociedad-, contó con las intervenciones de José Losada Quintás -Aguilar Agogados- y José Miguel González Hernández -Corporación 5-.

Entre otras cuestiones, se hizo hincapié en que cada vez son más evidentes las repercusiones que sobre el empleo van a tener factores tales como el ritmo y nivel de penetración de la automatización, la robótica, la inteligencia artificial y la digitalización y, por ello, es importante que se diseñen políticas públicas, bajo un enfoque integral, orientadas a disminuir los potenciales efectos negativos sobre el empleo y las condiciones de trabajo.

Hay una tendencia al alza de los trabajadores autónomos, esporádicos, por tiempo determinado que trabajan junto a procesos robotizados. A raíz de tal cuestión se asiste a una tendencia cada vez mayor a los trabajadores a tiempo parcial. En definitiva, se visualiza un mercado laboral fruto de la tecnificación cuya característica es la 'flexiseguridad', tanto en materia de horarios, jornadas como en salarios.

Por otra parte, no parece existir una estrategia de futuro que contemplen conjuntamente las ofertas de empleo y programas para la capacitación y cualificación laboral para hacer frente a los nuevos retos planteados. El sistema educativo tiene que ver mucho en ello, pues ha de formar a los trabajadores en las habilidades que se requerirán

En definitiva, existen fuertes desajustes entre la oferta y la demanda de trabajo donde los servicios públicos de empleo no logran incrementar su nivel de intermediación a la vez que se asiste a una mayor desconexión entre el sistema educativo y el mercado laboral. Por esa razón es preciso analizar el mercado de trabajo y dar respuesta a los factores estructurales de nuestra economía a corto plazo, pero sobre todo a medio y largo plazo, ante las nuevas tendencias movidas por la tecnificación y que afectan al mercado de trabajo.

Entre las acciones a aplicar, se insistió en la importancia de una estrategia común en materia de formación y empleo, no sólo al objeto de potenciar la posición en la economía global sino para establecer un vínculo entre el desarrollo de competencias y el crecimiento en la productividad, el empleo y el desarrollo.

Asismo, se incidió en que la legislación laboral debe estar orientada hacia un entorno donde será necesario adaptarnos con rapidez, siendo capaces de anticiparnos y atisbar los nuevos retos del mercado de trabajo y de la sociedad en general. No es sencillo se ha de actuar según un principio de acción/reacción que viene demostrándose como ineficaz porque es lento y porque cuando se aplica a menudo es incluso extemporáneo.

En cualquier caso, lo que sí resulta indudable es que este nuevo contexto presenta y plantea nuevos retos en el plano jurídico-social que ya están encima de la mesa; a saber: la igualdad, el impacto del trabajo a través de plataformas, la regulación legal del trabajo a distancia, o el progresivo envejecimiento de la población son retos que debe abordar el Derecho del Trabajo.

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