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Más de 2.500 isleños han solicitado acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad al no poder afrontar, en su mayoría, las deudas de créditos al consumo. Cober

Las deudas de los créditos al consumo pedidos en la covid 'comen' a los isleños

2.500 canarios se acogieron en 2021 a la Ley de Segunda Oportunidad, la mayoría de ellos por préstamos personales a los que no podían hacer frente

Silvia Fernández

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 30 de enero 2022, 00:00

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Más de 2.500 canarios recurrieron el pasado año a la Ley de Segunda Oportunidad como forma de librarse de las deudas contraídas en la mayoría de los casos por créditos al consumo y poder así empezar de cero. La cifra supone un abultado incremento de casi un 400% con respecto a un año antes, el 2020, cuando se acogieron a esta beneficiosa norma 520 personas.

La razón principal de este aumento en las islas es la covid y la mayor demanda que se produjo en el primer año de pandemia de créditos al consumo para poder seguir tirando hacia adelante en un entorno de caída de ingresos generalizada, bien por estar en un ERTE, mantener un negocio con apenas demanda y seguir haciendo frente a las obligaciones tributarias o bien, sufrir la enfermedad y alargarse más de lo previsto la baja laboral. Así lo explica la directora abogada del departamento jurídico de despacho de abogados Repara tu deuda, el primero en aplicar en España la Ley de Segunda Oportunidad, Ana Isabel García, quien asegura que el problema en Canarias fue que muchas personas pensaron pedir un crédito al consumo a corto plazo pensando que la covid sería cosa de unos pocos meses y que, una vez volviera la normalidad, volverían al trabajo y a la normalidad y pagarían sus deudas sin más.

«Sin embargo, la covid y el parón del turismo se alargó más de lo previsto. Hoy estamos ya en la sexta ola y la actividad no se ha recuperado», señala García. De hecho, aún hoy hay más de 10.000 canarios que siguen en ERTE.

«Las islas se vio más afectada por la covid y quizás por eso se pidieron más créditos al consumo. La gente pensó que sería meses de unos pocos meses y que después, cuando regresara al trabajo se apretaría el cinturón y pagaría la deuda. Pero todo se complicó», señala.

También por la covid algunos canarios que tenían créditos al consumo contraídos con anterioridad al 2020 se vieron con problemas para pagar al verse reducidos sus ingresos. «Hay muchas personas vinculadas al sector turístico y el que no quedó en ERTE lo hizo su pareja o su hijo o los tres a la vez, con lo que se les hacía imposible pagar la cuota», indica.

Según apunta, el problema en Canarias es de tal calibre que seis de cada diez personas que solicita acogerse a la Segunda Oportunidad tiene problemas con créditos al consumo. Como explica García, muchos de estos préstamos se cerraron de forma online y mediante acuerdos en los que falta la transparencia y la información al consumidor que exige la normativa de la Unión Europea.

«En muchos de los casos se adquieren por importes que no son muy elevados y las cuotas que les dan a pagar les parecen asumibles porque no son muy altas. Sin embargo, luego se les aplican comisiones e intereses, lo que llamamos la letra pequeña, de la que no se les ha informado. Esto provoca que la persona entre en una espiral de pagos que no puede asumir», explica García.

Recuerda además que en la mayoría de los casos desde la primera cuota impagada se reclama al consumidor el desembolso de todas las cantidades. García apunta que ha llegado a ver créditos de 200 euros por los que se reclama al deudor hasta 1.000 e incluso 2.000 euros por recargos, gestiones administrativas y los intereses de demora, entre otros.

García indica que entre los canarios acogidos a la Ley de Segunda Oportunidad han aumentado de forma considerable los autónomos. «Muchos estuvieron durante mucho tiempo pagando las obligaciones fiscales sin tener ingresos y aunque pudieron acogerse a ayudas como los crédito ICO, eso fue pan para hoy y hambre para mañana porque era un dinero prestado no un dinero dado», señala García, que apunta que muchos de ellos hoy están sin negocio y con deudas. «Los autónomos que se han acogido a la Segunda Oportunidad han crecido mucho en Canarias», asegura.

Luis Báez (nombre ficticio) es uno de los ejemplos de que la Ley de Segunda Oportunidad funciona y sirve para librarse de la asfixia de las deudas, poner el contador a cero y seguir viviendo.

En 2013 a raíz de un divorcio solicitó un crédito al consumo, al que siguió otro y después un tercero, y de repente se vio metido en una espiral de pagos que no podía asumir. Agobiado supo en 2015 de la Ley de Segunda Oportunidad y decidió acogerse a ella. Esta norma permite librarse del pago de buena parte de las deudas o incluso de su totalidad siempre que se demuestre buena fe.

El proceso se ha alargado en el tiempo y concluyó en el verano del 2021 pero el fallo fue muy positivo. El juez le condonó los casi 63.000 euros de deuda y gastó en el proceso unos 5.000. «Ha sido un alivio», indica este hombre.

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