Canarias registra en un mes más de 1.000 altas de pisos turísticos y la mitad, de grandes tenedores
Avalancha ·
La Asociación de la Vivienda Vacacional culpa al Gobierno de Canarias de provocar una «avalancha». El millar de nuevos establecimientos genera 9.000 nuevas plazas
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La vivienda vacacional sigue creciendo en Canarias de forma desbocada cuatro meses después de que el Gobierno regional presentara el anteproyecto con el que pretende regular esta modalidad turística y que se encuentra aún perfilándose. Se prevé que entre en vigor a finales de este año.
Según los últimos datos del Registro Turístico de Canarias, a fecha de ayer había en las islas 61.170 establecimientos con un total de 256.684 plazas, lo que supone casi 92.000 nuevas plazas en apenas un año (desde que se supo que el Gobierno iba a regular el sector). Solo desde finales de julio y hasta ayer, en un mes, se han inscrito 1.024 nuevos establecimientos con más de 9.100 plazas.
La «avalancha» además está protagonizada por grandes tenedores: más del 50% de las nuevas inscripciones son edificios completos, lo que se conoce como 'pseudohoteles' y complejos de apartamentos que se convierten en viviendas turísticas total o parcialmente. Según apunta, la presidenta de la Asociación Canaria de la Vivienda Vacacional (Ascav), Doris Borrego, se están dando incluso situaciones de personas que están dándose de alta con el edificio solo proyectado en un plano o a medio terminar, con el objetivo de llegar a tiempo antes de que entre en vigor la norma en la que trabaja el Gobierno de Canarias. «Todo es por si acaso», indica Borrego, que señala que el repunte de viviendas turísticas de la mano de grandes inversores va contra la familia canaria, que tiene en esta modalidad turística una forma de lograr ingresos extra y le permite participar del sector turístico.
El fuerte aumento de las viviendas turísticas alienta a aquellos que claman contra su prohibición al entender que son los culpables del encarecimiento del precio de la vivienda y su menor oferta. Cuando, como señala Borrego, el único culpable de que no haya vivienda residencial en el mercado es el Gobierno de Canarias que durante décadas no se ha preocupado de construir viviendas públicas. También responsabiliza a los municipios por su falta de previsión a la hora de construir casas para asumir a trabajadores y crecimiento poblacional en general.
En su opinión, la ley de vivienda estatal, que desprotege al propietario frente al inquilino, también juega en contra del mercado inmobiliario de las islas, ya que ha expulsado al 40% de las viviendas. Según sus datos, el 20% ha pasado a la vivienda vacacional y el resto, o ha vendido o lo tiene cerrado. Además señala a las más de 211.000 viviendas vacías que hay en las islas. «Estos son los lastres de la vivienda en Canarias, no la vivienda vacacional», manifiesta.
Desde Ascav, su presidenta, Doris Borrego culpa al Gobierno de Canarias de generar un «efecto llamada». En su opinión, la avalancha de nuevas inscripciones es algo que interesa al Ejecutivo para poder justificar una normativa «muy restrictiva» y acabar con esta modalidad turística. «No salimos de nuestro asombro. Es el propio Gobierno el que ha generado esto anunciando en octubre una ley con posible moratoria», indica.
Borrego lamenta que desde el Gobierno de Canarias, su presidente, Fernando Clavijo, no les haya recibido pese a haberle solicitado una reunión. «Desde Ascav siempre daremos la mano para buscar soluciones. Los enquistados problemas de CC con este colectivo impiden ese acercamiento», lamenta.
El anteproyecto para regular la vivienda vacacional fue presentado en abril y ahora se está perfilando. Está previsto que la consejera de Turismo, Jéssica de León, dé una rueda de prensa en los próximos días para dar cuenta de las modificaciones.
Las limitaciones al vacacional en Nueva York no logran el objetivo
Un año después de que comenzara a aplicarse en la ciudad de Nueva York una nueva norma para regular la viviendas vacacionales el resultado es negativo. No ha conseguido mejorar el acceso a la vivienda para los residentes, ya que el precio del alquiler sigue estando por encima de otras grandes ciudades y además ha subido un 3,4%. En el último año, de hecho, se llegó al récord de precio, con 5.000 dólares en pleno centro de Manhattan. Las unidades de vivienda para alquilar se mantienen, no han aflorado más al mercado.
Los distritos exteriores de la ciudad se han quedado además casi sin opciones de alojamiento, lo que limita las plazas para los huéspedes y dónde y cómo gastan, debilitando el comercio local de esas áreas que antes sí se beneficiaban de la presencia de huéspedes, según los datos que maneja el gigante Airbnb.
De cara a los turistas, los precios de los hoteles han subido un 7,4% frente al 2,1% del resto del país, según datos de CoStar.
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