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Arcadio Suárez
2021 se convierte en el «segundo mejor año» de la historia de las reparaciones navales de La Luz

2021 se convierte en el «segundo mejor año» de la historia de las reparaciones navales de La Luz

Los armadores eligen Las Palmas por proximidad y cumplimiento de plazos. El precio ha dejado de ser la prioridad. Ahora, con la covid, manda el menor tiempo de reparación

Silvia Fernández

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 6 de febrero 2022, 01:00

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La covid ha arrasado con actividades fundamentales de la economía canaria como el turismo y por tanto, recortado de forma abultada su crecimiento económico, que aún sigue en cifras por debajo a 2019. También ha provocado un colapso, entre otras cosas, en el tráfico marítimo mundial que ha supuesto la rotura de la cadena logística, un déficit de barcos para chartear y el encarecimiento de los fletes.

Sin embargo, como todo en esta vida, el virus tiene una cara y una cruz y lejos de lo que podría pensarse ha beneficiado algunas actividades y sectores, como es el puerto de Las Palmas, que no ha dejado de crecer desde que irrumpió el virus.

La covid ha reforzado el papel de La Luz como 'hub' de trasbordo gracias a la apuesta realizada por MSC en su terminal de Opcsa frente a otros puertos competidores del contiente africano, como Lomé en Togo. El virus también ha redundado en positivo en el sector de las reparaciones navales del puerto de Las Palmas, que ha logrado cerrar el 2021 como el «segundo mejor año de su historia», al nivel de 2011 e incluso ligeramente por encima del 2019.

La pandemia ha provocado que la prioridad para los armadores en un trabajo naval no sea ya el precio sino los plazos. El objetivo es que sean los menores posibles en un entorno de escasez de buques y congestión de los puertos, al fin de que la embarcación pueda volver a operar a la mayor celeridad posible.

Antes de la covid, los armadores podían trasladar un buque que estuviera en las inmediaciones de Canarias a una astillero en cualquier parte del mundo si con ello conseguía que el trabajo le saliera más barato. Ahora, los buques que necesitan trabajos de mantenimiento en la zona se quedan en Canarias, cuyos astilleros cumplen a rajatabla con los plazos. «La zona geográfica de La Luz es muy conveniente con la covid. A esto se une que, con fletes altos, el armador busca el sitio más cercano a su ruta de navegación para que el buque vuelva a navegar de forma rápida», indica el presidente de Astican, Germán Suárez.

Según explica, lo «vital» ahora mismo es dar una fecha de salida al barco y cumplirla. Algo que «hacen a rajatabla» las empresas navales de Las Palmas. «Con todo esto somos imbatibles ahora mismo», manifiesta Suárez.

Las cifras del 2021 en el sector no llegan a las de 2014, que fue el año récord de las plataformas petrolíferas justo antes de que cayera el precio del petróleo y el sector entrara en una crisis de la que aún no ha salido, pero se aproximan, según indica Suárez. «Ha sido un año muy bueno para todo el sector, en el que hemos superado con creces los datos del 2020, que fue un ejercicio complicado. Se trabajó y se facturó. No se perdió dinero pero no fue fácil», asegura.

Según explica, igualar las cifras del 2014 «es muy difícil» porque fue un año fuera de serie debido a la «burbuja» que vivía entonces el negocio 'offshore'. Hoy los márgenes que dejan las plataformas petrolíferas se han reducido pero siguen siendo muy buenos clientes por la capacidad que tienen de movilizar un gran volumen de negocio y de empleo en poco tiempo.

En 2021, el sector de las plataformas se ha reactivado ligeramente y los armadores han recurrido al puerto de Las Palmas para los trabajos de 'puesta a punto'. Entre ellos ha habido proyectos singulares como el del armador Diamond offshore que encargó en 2021 a Astican un trabajo pionero en las islas y que requirió de la utilización de la mayor grúa nunca antes vista en el archipiélago, con capacidad para levantar más de 1.300 toneladas. En este astillero de La Luz se colocó en la plataforma 'Ocean Blackrhino' y en lo alto de su torre un compensador traído de Houston para garantizar la estabilidad de la plataforma en los trabajos de perforación. «Fue un proyecto como el que había antaño aunque los márgenes hoy son más reducidos que antes», asegura Suárez.

El final del año vino también con la noticia de que las empresas Valaris y Stena activarán a lo largo de este año varios buques perforados que tienen desde hace más de dos años atracados en el Reina Sofía, esperando el momento de la recuperación del sector 'offshore'. Se estima que, una vez que el barril de crudo supere los 100 dólares, habrá un repunte considerable de las perforaciones en el mar.

Este nicho de negocio se considera que ya está maduro en el puerto de Las Palmas y no se esperan grandes crecimientos. Frente a él, en paralelo están surgiendo nuevas oportunidades como es el caso de la eólica marina. Empresas nacionales e internacionales ven en las islas una oportunidad de desarrollo y aquí, los puertos canarios y más en concreto las empresas del sector naval -los astilleros y empres auxiliares- tienen un gran papel que jugar a la hora del ensamblaje y preparación de las piezas, así como el mantenimiento una vez que los parques sean una realidad en el mar de Canarias.

A estas actividades hay que sumar las tradicionales de reparación de embarcaciones de todo tipo, como pesqueros, mercantes, cargueros, buques de pasaje, cruceros, barcos de expedición, barcos ro-ro...

De cara a 2022 la cosa pinta igual de bien: en el primer cuatrimestre los astilleros de La Luz rozan el 'lleno total', con el efecto arrastre que esto supone para el resto de las actividades portuarias y el conjunto de la economía isleña. Además a finales del ejercicio y 2023 se prevé un aluvión de trabajo en el sector naval por la nueva normativa que entra en vigor a nivel ambiental en el ámbito marítimo y que va a obligar a transformaciones en los buques para reduir las emisiones de gases de efecto inveradores. A partir de 2023 los barcos obtendrán una calificación por su eficiencia energética (A, B, C, D, E) donde A será la mejor y E la peor. Tocará al sector público incentivar y castigar a aquellos barcos que contaminen más, lo que será un aliciente para el cambio.

Para el segundo semestre del año se espera ya un aumento del número de varadas en los astilleros. La Estrategia de la Organización Marítima Internacional (OMI) pasa por reducir las emisiones de carbono del transporte marítimo internacional en un 40% para 2030, en comparación con 2008.

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