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Valles despeja en el Pizjuán. LaLiga

Ni el titán Valles impide el martirio de la UD en Sevilla

Fútbol ·

Las ocho paradas del guardameta, muchas de mérito, no evitan una nueva derrota de Las Palmas, que continúa en puestos de descenso

Kevin Fontecha

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 17 de septiembre 2023, 19:30

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Camina en la penumbra la UD en la máxima categoría, todavía sin sonrisas luego de cinco jornadas que se saldan con dos empates y tres derrotas. La última, en el Pizjuán, llegó pese a que hubo uno que se empeñó en evitar una nueva caída. Porque Álvaro Valles, con ocho paradas de mérito, apagó todos los incendios que pudo. Nada pudo hacer ya en el gol de Lukebakio, vendido tras una gran intervención del meta. Dimitrovic, sobre la bocina, no quiso ser menos y amargó a Javi Muñoz. Dos puntos de 15 posibles y penúltimos, a pesar de haber competido ante un buen Sevilla.

Acudió Pimienta a su once tipo con la recuperación de Sandro Ramírez y no tocó nada más. Desde el principio saltaron chispas. Iba a ser un partido de alto voltaje. De eso no había dudas. Avisó Jonathan Viera casi en el pitido inicial. Lo intentó con la izquierda dentro del área, pero su disparo se fue fuera. Respondió dos veces un viejo conocido.

Rafa Mir, que se colaba en la alineación de Mendilibar, probó primero con un misil desde la frontal. Se hizo grande Álvaro Valles, con una estirada que hizo enrabietar el Sánchez Pizjuán. En la siguiente, a un cabezazo del punta valenciano, voló hacia el otro lado para volver a negar el gol. Ni diez minutos habían pasado. Poco después fue Kirian quien, con una rosca, le pegó fuera de lejos. Sin respeto alguno la UD al Sevilla.

Mika Mármol rompía líneas desde atrás, Loiodice buscaba el hueco entre el centro del campo y la zaga rival para descolgarse y Sandro Ramírez trataba de morder a Navas con descaro. Enfriaba Las Palmas el ímpetu del Sevilla. Cuando Kirian y Viera mezclaban, la pelota sonreía. En una de esas, la bola le cayó a Munir en la frontal y disparó por encima de la portería de Dmitrovic.

Sergi Cardona y Óliver Torres. efe

Mientras el Sevilla quería empujar, la UD aguantaba en el alambre con criterio y hasta maestría. Bajaba al barro el equipo de Pimienta y sacaba armas que va a necesitar para pelear la permanencia. Por el césped Mármol a un manotazo de Mir, se caldeaba el asunto.Suárez pedía la roja. Se quedó en amarilla el golpe. Al descanso, todo a iguales.

La tuvo Sory Kaba

Tras el intermedio se durmió Sory Kaba en el centro del campo, dando vueltas hasta perder el balón, y casi castiga el Sevilla. Balón filtrado a Sow y bota fuera de Valles para apagar fuegos. Se sacudía Las Palmas con un latigazo de Sandro, que despejó Dmitrovic. Kaba, en el rechace, se encontró con un Sergio Ramos que se hizo gigante para salvar el gol de la esucadra grancanaria. En el 51 pidió penalti Kirian, pero lo que vio fue amarillo por dejarse caer ante Pedrosa. Mendigó otro Kaba tras una entrada de Ramos. Sigan, dijo el colegiado de la contienda.

Movía ficha Pimienta con la entrada de Saúl Coco al ruedo. Sacaba del campo a Julián Araujo, que cargaba una tarjeta que podía equivaler a una condena con Lukebakio enfrente. Suárez, al lateral. Estaba empeñado Valles en facturar puntos en la maleta amarilla rumbo a Gran Canaria. Le negó una a En-Nesyri sobre la línea que ya celebraba la grada. La tocó, se iba luego para adentro, pero se levantó el arquero como un gato para ir de nuevo al césped y sacar la bola cuando restaban solo milímetros para que se colase.

Lo que no pudo fue salvar lo insalvable. Volvió a marcarse una palomita brutal a un cabezazo de En-Nesyri, pero nada pudo hacer, ya vendido, en el rechace contra Lukebakio, que la mandó a guardar (1-0, min.72). Tocaba reponerse y Pimienta llamaba a Marvin y Perrone. Fuera Álex Suárez y Enzo. Ahí moría el partido.

No pudo hacer más una UD que acumula cinco jornadas sin saber lo que es la alegría del triunfo. Y eso que Javi Muñoz acarició la igualada sobre la bocina. Las buenas sensaciones no bastan. Tampoco los guantes de Valles, que no pueden hacer magia. El titán de La Rinconada paró y paró, como si no hubiera mañana. Sigue aguardando Las Palmas su ansiada victoria como el novio que espera una segunda oportunidad de la que ya no es su pareja y vuela en libertad.

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