La UD se queda seca en el peor momento

Se le atragantan a Las Palmas los rivales que cierran puertas alrededor de su área. Huesca fuera (1-0) y Burgos en casa (0-2) son los ejemplos más cercanos en el tiempo. La receta de ambas escuadras fue prácticamente idéntica. Líneas muy juntas atrás y volar al contragolpe mientras esperaban algún error de los isleños. La primera caída de la temporada en el Estadio de Gran Canaria deja tocada a los de Pimienta, que tratarán de levantarse este mismo domingo (17.30 horas) también en el recinto de Siete Palmas contra el Eibar, rival directo en la pelea por el ascenso a la máxima categoría.

Sin Florin Andone, lesionado, Marc Cardona y Sandro Ramírez se han turnado en la delantera. El catalán fue de la partida ante el Huesca, por eso de la cláusula del miedo del grancanario, que recuperó la titularidad ante el Burgos. Apostó Pimienta por una infinidad de rotaciones y el plan no pudo salir peor. Adiós a la medalla de invicto en casa y hasta luego al liderato de Segunda.

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El rocoso Burgos aprovechó la falta de puntería de Las Palmas, que solo encontró a Caro en cuatro de los 18 remates que intentó. El meta estuvo sobrio siempre. Cierto es que a Benito Ramírez y a Marc Cardona se les anuló un gol a cada uno por fuera de juego, pero le está costando un mundo a la UD desatascar encuentros en los que los rivales defienden como colosos.

De hecho, en ambas derrotas, tanto fuera como en su feudo, los insulares remataron más que sus rivales, a los que les bastó la efectividad para sacar el rodillo y derrotar a Las Palmas. Mientras que en el Alcoraz la UD remató 17 veces, tres de ellas entre los tres palos, el Huesca venció con solo un disparo a portería, el gol. Es decir, de sus tres intentos, uno fue a parar a la red que defendía Álvaro Valles. El Burgos, por su parte, probó fortuna siete veces, de los cuales tres cogieron dirección y dos de ellos acabaron en gol. Debe mejorar los números la UD si quiere seguir peleando por la primera plaza. Y tiene que ser ya.

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Kevin Fontecha