Y ahora, que pase el Almería
El triunfo en el derbi inflama a una UD con más confianza y ambición que nunca con vistas a recibir al líder y recobrar opciones en el ascenso directo
IGNACIO S. ACEDO
Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 4 de enero 2022, 01:00
Y ahora, que pase el Almería. Decretado el estado de optimismo en la UD después del centenariazo en el Heliodoro, lo que viene ahora, la visita del líder al Gran Canaria, se contempla como una oportunidad para dar continuidad a la buena línea iniciada en el derbi. Es más, en plena celebración por el 0-1 en el clásico ante el Tenerife, todos coincidían en que no hay mejor rival ahora que el que encabeza la tabla, dada la confianza que impera en el vestuario. Incluso se ha recordado lo ocurrido en la primera vuelta en el feudo del Almería, un partido en el que Las Palmas supo frenar al omnipotente conjunto rojiblanco y sacó tajada al final con el gol de Viera que estableció el 1-1 final.
Con todas las incógnitas que presenta el adversario, por la incidencia del coronavirus, así como la ausencia de su gran goleador, Sadiq, llamado para la Copa de África, parece el momento apropiado para seguir ganando terreno a la cabeza de la categoría. Una victoria el próximo domingo dejaría al Almería a ocho puntos, trecho salvable si se tiene en cuenta lo que resta de campaña. En otras palabras, la opción del ascenso directo cobraría cuerpo. Y la UD no va a descartar ningún camino para el ansiado salto de categoría.
Lo que desea exprimir Mel es la inyección anímica y sanadora que dejó la jornada. Este subidón, piensa el técnico, va a favorecer que el equipo recobre la estabilidad que se había tambaleado últimamente. Y tiene la certeza de que puede ser el inicio de una racha que termine por disparar las opciones, tal y como aconteció, sin ir más lejos, en enero de 2021, cuando la UD enganchó una serie de tres victorias consecutivas, ante Espanyol, Mallorca y Leganés, que le hicieron dar un salto cualitativo. Ahora se persigue una secuencia similar y el derbi, en este sentido, no ha podido ser el mejor punto de partida.
El regreso desde Tenerife ayer estuvo marcado por los buenos propósitos y la serenidad que dio ver premiado el buen trabajo. Nada de euforia, pero sí la consabida alegría por lo que comporta para la afición y el entorno. Esa sensación de alivio va a procurar una semana de armonía y tranquilidad para preparar el pulso frente al Almería y con la lección aprendida de que hay capacidad para batir a cualquiera. Como no hay mejor pegamento que los resultados, al calor del triunfo en el Rodríguez López va a empezar a construir Mel lo que quiere ya para las semanas venideras y de importancia estratégica capital en una segunda vuelta ya con los márgenes de error más ajustados a medida que vaya avanzando. Pero la UD, en estos momentos, depende de sí misma. Todo un tesoro.