Otro desliz infantil impide la machada de la UD más coral (1-1)
Un error en la marca en un lanzamiento de falta evita que Las Palmas sume los tres puntos en Montilivi, pero las sensaciones vuelven a ser positivas
A medio camino. Así se quedó la UD en su rumbo hacia la victoria como foránea. Otro nuevo error defensivo impidió que al fin llegase. Los amarillos merecieron más, pero pecaron nuevamente de endebles en la retaguardia y vieron cómo se escapaba todo el trabajo por dejar rematar completamente solo a Bernardo. Sergio Ruiz adelantó a Las Palmas en un encuentro sobrio y milimétrico tácticamente. Un enfrentamiento de pico y pala en un escenario de enjundia ante un rival con ciertos galones en la categoría. Aythami perdió la marca y ahí falleció la opción de los tres puntos, aunque Loiodice la acarició con una rosca bellísima.
Un desliz infantil evitó la machada de la UD más coral. No fue el mejor partido con la pelota en los pies del conjunto grancanario, pero sí sacó músculo e igualó fuerzas contra todo un Girona en su feudo. Benito cabalgó, Rober quebró y Sergio Ruiz brilló, con gol incluido, para corroborar que Las Palmas no ha dicho su última palabra en la competición y que el derbi de este domingo puede servir como lanzadera.
Dada la dimensión del choque y la magnitud del rival, Mel se vio obligado a reforzar la sala de máquinas con la inclusión de Fabio González, sacrificando al virtuoso Kirian Rodríguez. Así, el grancanario mezcló con Loiodice y Sergio Ruiz en un trivote que ya desde el inicio invitaba al reacomodo del sistema, dejando el 4-2-3-1 para usar el 4-3-3 más purista, con los extremos bien pegados a línea de cal. Iemmello ocupó la plaza que dejó huérfana Sergio Araujo en la punta del ataque. Y saltó con hambre la UD en Montilivi. Apretando colmillos desde el inicio. El Girona, por su parte, sacó sus artimañas. Benito se llevó un codazo dentro del área que bien podría haber sido penalti y a Rober lo levantaron por los aires para marcar territorio. Se intuía batalla hasta el último aliento.
Con el paso de los minutos, el miedo inundaba las ideas de ambos conjuntos. Pases planos, ayudas infinitas a los laterales y muy poco de los atacantes. Encorsetados los amarillos, dieron un paso atrás. Tan solo un intento de Rober tras desbordar a un defensa evitó el bostezo en la primera mitad. Lo hizo bien el sevillano, pero Juan Carlos, guardameta rival, estuvo seguro. Escupió la ocasión y todo volvió al punto de partida. Timidez y respeto en el máximo apogeo. Encima, y por si fuera poco, nadie veía las acometidas de Benito por el carril izquierdo. Subidas perdidas. Mel se desquiciaba en el banquillo. Había que impregnar un poco más de raza. Y así fue. Un robo de Loiodice en la sala de máquinas abrió el camino. El francés cedió a Rober en el costado, que esperó la llegada de Sergio Ruiz de segunda línea. El mediocentro no perdonó. Se descolgó en ataque y clavó una puñalada al rival. El partido pedía coraje y ahí pocos le debaten al cántabro.
El paso por los vestuarios ayudó al Girona, que saltó al césped con más determinación y empuje. Valles tuvo que emplearse a fondo en dos misiles por abajo, pero el sevillano no es inmortal y en un error defensivo le colaron el empate. Sacó un falta Samu Saiz y Aythami Artiles perdió la marca. No perdonó Bernardo y Mel estalló en la banda. Si a alguien había que ponerle las cadenas era al zaguero colombiano. Pecó Las Palmas de indolente y cayó en los fantasmas de un pasado no muy lejano. Ahí estaba la victoria. Y se esfumó.
Con el transcurrir de los minutos, los amarillos buscaron el gol que diera el triunfo, pero la madera se lo negó a Loiodice tras un golpeo de terciopelo. También dijeron no los centímetros que le faltaron a Jonathan Silva para batir a Juan Carlos. Se estrelló la UD con el muro de la calamidad y, mereciendo más, tan solo pudo facturar un punto rumbo a Gran Canaria con el derbi en el horizonte. Tablas que saben a poco viendo cómo compitió el conjunto isleño en Montilivi, tierra solo apta para cardiacos. Al menos, las sensaciones volvieron a su sitio y los de Mel dieron un paso al frente. Que no es poco.