Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
El estreno de la UD de Luis Carrión en la competición oficial se saldó con «nota alta», en el análisis interno que se hizo en el club, tras el empate con el Sevilla (2-2) en la jornada inaugural del campeonato 2024-25 en Primera División. El equipo, todavía a medio hacer, como el resto, por las limitaciones físicas propias de agosto, dejó trazos más que interesantes y que animan a pensar en una progresión que se traduzca en juego y resultados para responder a las expectativas de los 25.000 socios.
Su capacidad para levantarse dos veces tras encajar el 0-1 y el 1-2, los argumentos que expuso sobre el césped y que le llevaron a someter al Sevilla durante una fase del encuentro y el instinto de supervivencia, basado en el desgaste solidario, para sobrevivir a un acoso final que amenazó con dejarle sin ningún punto, fundamentan el análisis positivo que se ha realizado, valorando la dificultad del choque y de sus circunstancias.
En un contexto lleno de acciones en las dos áreas, y que pudo desnivelar la contienda tanto para un lado como para el otro, salir sin mayores daños es una conquista que se pone en valor. Además, a nivel anímico respalda las convicciones propias iniciar el camino con un resultado como el que se dio y en el que tuvieron su peso los méritos y el desgaste.
«En una parte del partido, el equipo entendió bien lo que tenía que hacer», observó Carrión en su valoración posterior dando a entender que el plan funcionó a medias aunque es cuestión de tiempo que se perfeccione. Además, no siempre en esta categoría van a poder implantarse las estrategias previstas por el potencial de los contrarios (el próximo en pasar por el Gran Canaria será el Real Madrid de Mbappé), por lo que cobra más trascendencia poder resguardarse, como así se hizo en los peores momentos.
Anclado en un discurso ambicioso («siempre me gusta ganar y por eso estoy contento a medias»), el entrenador reconoció que hay aspectos que «hay que trabajar más», poniendo el foco, principalmente, en el balance defensivo y algunos desajustes que no van con su idea de defensa más adelantada («acabamos hundidos») y más simétrica («Marvin pudo estar aislado y tenemos que mejorar en las ayudas»).
Nombres propios
Todo subsanable desde la radiografía autocrítica y en la que, también, hay interesantes matices a potenciar con nombres propios. Las apariciones de Moleiro rompiendo líneas y buscando siempre el remate, la interesante conjunción McBurnie-Mata arriba, dando presencia y profundidad al bloque en pleno rastreo de otro delantero y el peso de los cambios, siendo determinante Sandro y cogiendo vuelo Manu Fuster, adornan una puesta en escena en la que todos entienden que no se trata más que el primer paso para terminar redondeando la versión que se pretende.
En la pretensión de Carrión no está que Cillessen se convierta en el héroe del equipo con sus paradas, como así sucedió, ni que se tenga que equilibrar hasta en dos ocasiones un marcador adverso. Tampoco, en el otro lado de la balanza, que de quince remates a puerta solo entre uno (con poste a intentona clara de McBurnie). Todo, desde la normalidad que impondrá el paso de las jornadas, debe dar forma y filo a una UD con muchas piezas por encajar pero que, en el proceso, suma y no cede, que es lo de que se trata.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.