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ÓLIVER SUÁREZ ARMAS
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 27 de mayo 2023, 23:51
La vida golpea muchas veces. De hecho, nada golpea más fuerte que la vida, pero hay que levantarse. Es un proceso cíclico en el que toca responder siempre. Así sucedió el pasado verano en plena pretemporada de la Unión Deportiva Las Palmas, dejando escalofríos en una expedición que se preparaba a conciencia en tierras andaluzas. A la vuelta de sus compañeros a la isla, Kirian Rodríguez (Candelaria, Tenerife, 5 de marzo de 1996) confirmó a principios de agosto que le habían detectado un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer del que adelantó que ya había comenzado el tratamiento para tratar de volver a competir.
«El lunes me pudieron extraer un ganglio y, tras las pruebas, se apreció un linfoma. Los médicos me pusieron al día y ahora inicio otra lucha. Voy a seguir aquí chillando y dando indicaciones desde la grada», argumentó el 20 amarillo, que especificó que durante las vacaciones tuvo «problemas de salud» que le hicieron avisar al club para que le exploraran.
«Ingresé en el Insular y me hicieron pruebas de todo tipo, una biopsia... Y ahora inicio el tratamiento. No quiero mensajitos de pena porque me veo fuerte y quiero volver en diciembre, en el mercado de invierno», resaltó emocionado ante los aplausos de sus compañeros y trabajadores del club.
Su carácter y galones siempre admirados sobre el césped debían ser extrapolados al día a día para imponerse a una situación adversa. Fue una camino duro, pero supuso un espejo y un aliento en una lucha ganada con creces.
Cinco meses después, y también con el respaldo de sus compañeros, en la comparecencia pública, Kirian Rodríguez afirmó que había superado su enfermedad y, cómo no, anunció con felicidad que disponía del alta médica para recuperar su dorsal a partir del mercado de invierno.
«Hoy estoy aquí para comunicarles que los médicos y el club han decidido darme el alta y puedo volver a mi vida laboral y social. El club, como se había acordado, va a efectuar la ficha y me van a devolver el dorsal. Llevaré un proceso de adaptación para estar lo antes posible en el terreno de juego», confesó con ganas.
Llegó el turno de poner el cuerpo a tono para llegar a tiempo a la lucha encarnizada por el ascenso a la élite nacional. Un mes después Pimienta creyó que estaba listo para entrar en una convocatoria. Fue ante el Lugo, pero no saltó al césped.
Para verlo dirigir el juego tocó esperar dos meses y medio después. Su retorno se produjo ante el Zaragoza en La Romareda a falta de cinco fechas. Sin duda, Pimienta marcó bien los tiempos y Kirian volvió a ser importante.
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