Futuro a corto, medio y largo plazo con Helguera y la certeza de que será en Primera
fútbol ·
La renovación que está a punto de rubricar hasta 2026 se considera parte de la estrategia de la UD en su hoja de ruta a la éliteEl futuro de la UD a corto, medio y largo plazo pasa por las decisiones estratégicas que tome Luis Helguera como director deportivo.Tras el anuncio realizado hace una semana por el presidente Miguel Ángel Ramírez, en el que detallaba que el ejecutivo iba a renovar por tres campañas más, Helguera amplía de manera sustancial su radio de acción y, sin esperar al desenlace de esta campaña, con las ilusiones de ascenso a Primera bien presentes, ve reforzada su figura y autonomía.
A diferencia de muchos de sus homólogos en el fútbol profesional, que son esclavos de los resultados, en su caso la entidad ha valorado su trabajo desde que regresara, en marzo de 2020, y que, más allá de los aciertos deportivos, ha procurado una profesionalización completa del organigrama que trabaja a sus órdenes, implantando métodos a la vanguardia de los nuevos tiempos y las tecnologías y poniendo en valor el proyecto de cantera que es sancta sanctórum a ojos de la cúpula directiva.
En realidad, en la UD no se duda de que el próximo ingreso a la máxima categoría llegará más pronto que tarde y, por consiguiente, con Helguera a los mandos. Si en su anterior etapa aquí, como secretario técnico y bajo las fiscalización de Toni Cruz (2015-2018), ya se apuntó aciertos sonados, como la contratación de Quique Setién para el banquillo, ahora ha vuelto a repetir gestión exitosa, tras heredar a Pepe Mel como máximo responsable técnico en la banda y, llegado el momento del relevo, apostar por otro profesional que estaba en el paro, de perfil bajo pero que, con el tiempo, se ha destapado como un acierto irrefutable: García Pimienta.
Cierto es que por el camino reciente ha cabalgado con tensiones internas de las que salió airoso (la apuesta fallida por Tino Luis Cabrera como su subordinado), pero su bagaje «justifica con creces» la continuidad contractual pactada y que está a punto de rubricar. Una política de fichajes siempre en armonía con las posibilidades financieras que le han dado y con mayoría de aciertos, tirando, además, de su cartera privilegiada de contactos, también le bendice como jefe de maniobras.
Helguera quiere ser el arquitecto de una UD que ascienda y se asiente entre los grandes y entiende que es una posibilidad factible y que va en camino. Una economía saneada, la Ciudad Deportiva pendiente de ampliación para multiplicar sus prestaciones, que se une como reto logístico a esa reforma al estadio que vendría aparejada a la candidatura mundialista de España para 20130, una cantera en auge y con exponentes revalorizados (Moleiro o Coco) y una plantilla que no necesitaría una revolución para adaptarse a las exigencias de la Primera División son varias de sus razones argumentadas para plantearse este escenario. Y si ha aceptado la oferta de la UD («manejaba posibilidades en otros destinos pero ha querido quedarse por implicación e ilusión», reseñan en Pío XII) es, precisamente, porque tiene esa certeza de que lo mejor está por venir y de que el trabajo de los últimos tiempos tendrá la recompensa de regresar a la elite.