La unión hace la fuerza: 75 años de la UD Las Palmas

Esa sencilla frase resulta fundamental para entender la creación y la supervivencia de la UD Las Palmas. La unión de esos de cinco equipos locales bajo un mismo nombre no solo permitió la creación de un club más competitivo, sino que también fue esencial para que el fútbol canario pudiera tener acceso a competiciones nacionales.

Este proceso, liderado por figuras como Don Manuel Rodríguez Monroy, fue crucial para superar las barreras geográficas y administrativas que históricamente habían excluido a los equipos isleños del panorama futbolístico nacional.

Hoy, como entonces, encontramos distancias que son difíciles de salvar con el resto del territorio y nos esforzamos para retener al talento en nuestras islas con política que permitan darles una oportunidad para que desarrollen aquí su proyecto de vida.

Así lo ha hecho la UD Las Palmas, y más recientemente, desde 1998, la Fundación que lleva su nombre. Han sido ejemplo de que con esfuerzo y voluntad, y con el apoyo de la sociedad y de su afición, los retos se pueden conseguir y mejorar. Extender la práctica deportiva entre los niños y jóvenes, independientemente de su condición física o intelectual, el apoyo económico, la formación de jugadores y técnicos, el acompañamiento constante, y un largo etcétera de acciones que son fruto de la ilusión de un proyecto

Estamos ante una fecha para recordar los primeros pasos. El ascenso de la UD Las Palmas a la Primera División en sus primeras dos temporadas fue un testimonio de la capacidad y el talento de los jugadores canarios, demostrando que se podía competir al más alto nivel.

Aunque volvieron a segunda, los años 60 y 70 fueron particularmente dorados para el club en la división de honor, con incorporaciones de los primeros internacionales, logrando la permanencia durante 19 años.

Sin duda, el club ha sabido disfrutar de sus triunfos y hacer frente a varios desafíos importantes, incluyendo crisis económicas y las estancias no deseadas en divisiones inferiores. Estas dificultades no han mermado el espíritu del club ni el apoyo de sus aficionados, quienes han demostrado una y otra vez su compromiso, generosidad y pasión por el equipo.

La UD Las Palmas ha contado con grandes jugadores históricos de la talla de Silva, Tonono, Guedes, Martín Marrero, Juan Carlos Valerón o Pedri. Ellos junto a tantos otros han demostrado que el archipiélago es cuna de grandes futbolistas, es cuna de esfuerzo y coraje. Y todos esos valores, gracias a la unión dentro y fuera del campo, han hecho posible que la UD Las Palmas haya llegado hoy a sus 75 años y volver a competir en la división de honor.

El futuro del club, y del fútbol canario, depende de mantener esta cohesión y de seguir apostando por el talento local para que tenga oportunidades de desarrollar su carrera deportiva en una tierra de grandes profesionales que lo dan todo por un deporte y por la ilusión de la afición.

Estoy seguro de que así será, firmemente convencido de que seguiremos celebrando y disfrutando muchos aniversarios más de una UD Las Palmas, un club y un escudo que trascienden lo meramente deportivo y que forman parte fundamental de la memoria, el presente y el futuro colectivo de toda Canarias.