La UD pagó un mal día, probablemente el peor de la temporada, saliendo trasquilada del Metropolitano y con una goleada a cuestas de las que escuecen. Porque, por encima del resultado, doloroso a la vista y que contradice la excelente tendencia defensiva que le había dado tanto fama, más incomoda la sensación de que se tiró por la borda una oportunidad de haber hecho las cosas de otra manera y sin ponerle la alfombra al Atleti. El festín colchonero tuvo su origen en acciones fallidas por la retaguardia. En cada uno de los cinco goles recibidos se percibe la mancha de un error o infortunio que terminó en las redes de Valles. Un Valles bombardeado y que evitó alguno más. Una sucesión de fatalidades que deben quedar ahí, como un accidente aislado, como una sobremesa atragantada.
Si las opciones del partido para la UD pasaban por aguantar el arreón inicial, al minuto veinte ya el Atlético le había echado la persiana a la función. Un 2-0 en el Metropolitano apenas sobrepasado el cuarto de hora equivale a sentencia y así se las vio Las Palmas, a la que mandaron a la ruina dos errores defensivos que Llorente aprovechó convenientemente. No hizo falta que el anfitrión se esmerara ni tejiera fútbol de seda, que tampoco es lo suyo. Un rebote en Perrone, tras intento de despeje de Sergi Cardona, originó el primero. Más mala suerte que desatención, pero en el juego esto también cuenta.
Y, casi sin respiro, Coco se hizo un lío cuando podía haber mandado el balón a mil sitios ante la presión de Correa. Y en la zona roja, donde está prohibido dudar y fallar, el central permitió al uruguayo que se la rebañara y, a placer, sirviera a Llorente otro. De la nada, un 2-0 y a las primeras de cambio. Lo que nunca en esta temporada. Había que ver a Pimienta hundido en el banquillo y sin encontrar explicación a tamaño naufragio y, lo que más duele, provocado desde dentro.
Cierto que, con 0-0 y todo por decidir, el palo le negó a Javi Muñoz lo que hubiese sido un golazo, algo escorado a la izquierda y resolviendo con un remate imperial que escupió el palo. Un aviso de lo que podía quedar por venir pero que acabó en minucia por los dos golpes posteriores que todo lo sepultaron. Ni a romper a sudar le dio tiempo a la UD cuando ya todo estaba inalcanzable. Y con un Atlético metido en rotaciones, con Griezmann descansado, y encantado de ceder el balón y los espacios. Al descanso, un 72% de posesión figuraba en el haber propio. Intrascendente del todo porque, además de lo de Javi Muñoz, apenas dos intentonas de Sandro, a manos de Oblak, dieron noticias de que había rival, o eso parecía.
A la vuelta de vestuarios, otro más. Y, de nuevo, nacido en una tibieza defensiva que en Primera, ya se sabe, conduce a la perdición. Un balón en la frontal del área de Valles que llovía del cielo se lo ganó por ganas y hombría Koke a Kirian y su testarazo fue a pies de Correa, habilitado por un pelo, para que fusilara a Valles y pusiera el tercero. Si había una mínima esperanza de reavivar las opciones, de agitar con alguna opción el orden establecido, el derechazo de Correa sepultaba cualquier debate.Un martitio con todo lo que quedaba por jugar y a riesgo de un correctivo sangrante. Como no bajó el pistón el rival, cayó otro, esta vez por un penalti, VAR de por medio, de Marvin a Lino. Y el quinto, ya al final, por una pérdida.
Pasen página.
Ficha técnica:
5 - Atlético de Madrid: Oblak; Molina, Savic, Giménez (Witsel, m. 62), Reinildo; Barrios (Vermeeren, m. 70), Koke (De Paul, m. 62), Saúl, Lino (Riquelme, m. 62); Correa y Llorente (Memphis, m. 62).
0 - UD Las Palmas: Álvaro Valles; Álex Suárez (Araujo, m. 58), Coco, Mármol, Sergi Cardona (Sinkgraven, m. 74); Marvin, Javi Muñoz, Perrone (Moleiro, m. 58), Kirian, Munir El Haddadi (Pejiño, m. 80); y Sandro (Marc Cardona, m. 58).
Goles: 1-0, m. 15: Llorente. 2-0, m. 20: Llorente. 3-0, m. 47: Correa. 4-0, m. 60: Correa, de penalti. 5-0, m. 88: Memphis.
Árbitro: Figueroa Vázquez (C. Andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Molina (m. 28) y Saúl (m. 32) y al visitante Perrone (m. 4).
Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga EA Sports ante 61.196 espectadores en el estadio Cívitas Metropolitano. EFE
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