En la que ha sido una de sus últimas comparecencias públicas como entrenador de la UD Las Palmas, Diego Martínez aseguró este viernes que «hubo un compromiso extraordinario por parte de todos» a la hora de lograr la salvación, pero, pese a que «dieron el máximo» («nos dejamos el alma») no se cumplió el objetivo.
«Me quedo con las personas, con muchas cosas.Pero me lo quedo para mí el análisis que hago. Cuando tuvimos números de Champions todos fuimos más guapos y luego, con los malos resultados, más feos. Respeto lo que piense todo el mundo», añadió.
Martínez recordó que «se fallaron ocasiones muy claras» en momentos puntuales si bien la fragilidad defensiva fue el lastre definitivo.
«Hay que aceptar que no nos ha alcanzado y tenemos que aceptarlo», afirmó al tiempo que dijo estar centrado en el final de la temporada («si el club tiene que comunicar algo, lo hará en su momento»).
«Tenemos el último partido de la temporada y como profesionales queremos ganarlo. Por respeto a la competición, a los rivales y a nosotros mismos», dijo respecto a la cita de este sábado ante el Espanyol.
Reconoció que «se ha fracasado» y no quiso poner excusas al desenlace vivido y que «debe de aceptarse con honradez».
«Habrá faltado talento o acierto, pero no profesionalidad», añadió, «y estamos muy orgullosos del trabajo que realizamos con chicos de la cantera que trabajaron con nosotros».
Recordó que lleva 24 años en el gremio y pidió «analizar cada situación y matices» respecto a su futuro profesional en los banquillos.
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