Dedicatoria a 'Los fieles'
Tras el ascenso de la UD Las Palmas, quiero acordarme de todas las amistades que tengo gracias a este club
Muchas veces he reflexionado sobre cuál es la verdadera grandeza de ser de la UD Las Palmas. Y no, no es ni su historia o el momento deportivo en el que se encuentre. Es su gente. Desde que tengo uso de razón, he seguido a este equipo.
Recuerdo ir al Insular con mi padre, con seis años y la clavícula rota, a escuchar los goles de Las Palmas. Y sí, digo escuchar, porque como antes del gol todo el estadio se levantaba, siempre me lo perdía debido a que era muy bajito. Aunque no era cuestión de verlo, sino de sentirlo, por lo que en esos años empezó mi relación con la UD Las Palmas, y lo más importante, con las personas que comparten este mismo sentimiento.
De mi edad no éramos muchos y honestamente, lo entiendo. Siendo una persona nacida en 1994, me tocó vivir una etapa en la que la Unión Deportiva se encontraba con muchísimos problemas deportivos e institucionales. Pero bueno, que les voy a contar sobre esto que ustedes no sepan. Aún así, este factor trajo un aspecto positivo, y es que cuando ibas al Estadio de Gran Canaria, a la gente de tu edad ya la tenías detectada.
Esto me sirvió mucho cuando fui a estudiar la carrera a Madrid. Todavía lo tengo en la memoria con bastante nitidez, Las Palmas visitaba al Real Madrid Castilla en la temporada 12/13 y yo, obviamente, quería ir al partido, pero no tenía con quién. Hasta que me habló Néstor, una persona que conocía y que se convirtió en un amigo. Fui con él y mi amigo Chemita, que es de la UD y del Atleti a partes iguales.
A partir de ahí, fuimos a ver al equipo, junto a más aficionados, contra el Rayo Vallecano en Copa, visitamos el campo del Guadalajara, del Alcorcón, del Valladolid, tanto en Liga como en PlayOff y tampoco nos perdimos el partido en La Romareda en esa final por el ascenso. A estas citas, también se unía mi 'hermano' Jorge, amigo mío desde los tres años y como yo, amarillo desde que gateaba. Con él, también viví en el Bernabéu el espectáculo que ofreció el equipo que dirigía Setién en ese entonces.
Años más tarde, lo que menos recuerdo son los resultados de los partidos. Me quedo con los viajes; con las comidas previas al encuentro, acompañadas de una cervecita, o un 'barniz', como diría mi querido tío Nano; con las risas que me eché y sobre todo, con las amistades que he tenido durante estos años por ser de la UD Las Palmas; un club en el que tuve el placer de trabajar y en el que también conocí gente que vale la pena. Por eso, quiero darle las gracias a mi padre, y a mis abuelos, ya que gracias a ellos entendí que ser de Las Palmas no es ser solamente de un equipo de fútbol. A todos 'Los fieles', felicidades y disfruten. Pero con fundamento, que les conozco.