75 años de convivencia

Ese es uno de los principales valores de este club, la unión. Así nació, con la fusión de los cinco equipos más importantes de la isla en la década de los 40, el Real Club Victoria, Marino Fútbol Club, Club Deportivo Gran Canaria, Arenas Club de Fútbol y Atlético Club. Todos antepusieron la idea un club fuerte que pudiera competir en la competición nacional -vetada para los equipos isleños en esa época- a sus intereses particulares, impulsados por otros representantes del fútbol grancanario, de la propia Federación Regional, del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, y por supuesto, del Cabildo de Gran Canaria -Matías Vega era su presidente- que medió y negoció con diferentes ministerios para que el fútbol canario pudiera competir en las ligas nacionales.

Desde aquellos inicios, que forman parte ya de una historia que nos muestra hoy un equipo consolidado en el fútbol profesional español, el Cabildo de Gran Canaria ha caminado junto a la UD Las Palmas y ha formado parte de su día a día. El equipo amarillo ha sido inquilino de la corporación insular desde que en el año 1951 el Cabildo se hiciera con la propiedad del Estadio Insular, en el que compitió desde su fundación hasta el año 2003. Ahí vivimos su primeros ascensos y por tanto, sus mejores días; pero también descensos traumáticos, a Segunda División y también a Segunda B.

Años convulsos en los que el equipo temió por su supervivencia, en su reconversión como Sociedad Anónima Deportiva, en la que de nuevo el Cabildo de Gran Canaria jugó un papel fundamental para evitar su desaparición, pero también ilusionantes, con la llegada de capital privado y la reestructuración del equipo hacia el fútbol profesional.

No ha sido un camino sencillo, de hecho, la UD Las Palmas estuvo dos veces al borde de la desaparición. Pero siempre encontró el apoyo de una sociedad que siente el equipo como suyo, que entiende que es una de sus señas de identidad, como referente, como buque insignia. Que siempre responde a la llamada de socorro cuando las cosas se tuercen, que nunca le ha dado la espalda, ni siquiera cuando el equipo descendía al infierno de la Segunda División B. También el Cabildo, reflejo de la sociedad a la que se debe, ha estado junto al equipo, con patrocinios y convenios que han permitido sanear su economía y crecer como equipo y como sociedad deportiva.

Ahora, su casa es el Estadio de Gran Canaria, una infraestructura con 21 años de vida y que desde 2003 ha ido creciendo de la mano del equipo amarillo, ajustándose a sus necesidades y a las del fútbol moderno. Un espacio que acogerá en 2030 partidos de la fase final del Mundial de Fútbol, un hito sin precedentes en el deporte canario. Un hecho que nos obliga a terminar la obra y a rehabilitar su estructura a las exigencias de la cita mundialista. La obra, en la que el Cabildo de Gran Canaria invertirá una cantidad importante, permitirá a la UD Las Palmas disponer de uno de los mejores estadios de Europa y volver a disfrutar además de un verdadero campo de fútbol.

Ese es nuestro objetivo, en eso trabajamos, ese es el proyecto en el que trabajamos, eso le pediremos a quienes finalmente acometan la obra de reestructuración del Estadio de Gran Canaria. Queremos revivir aquellos momentos inolvidables del viejo Insular, queremos acercar el fútbol a la grada. Que la afición sea de nuevo ese jugador número 12 que aliente a los suyos y haga dudar al rival. Ese es nuestro compromiso.