Pejiño y el arte del óleo sobre lienzo

Enamorados del martirio. «Estoy seguro de que el hombre nunca renunciará al verdadero sufrimiento, es decir, la destrucción y el casos», rezó Dostoyevski. Y así se resume la historia de la UD, abonada al dolor y en idilio con el éxtasis. Porque solo Las Palmas es capaz de errar como novatos y levantarse como colosos. La de ayer, fue otra película de épica y suspense. Empezó perdiendo, pagando sus propios errores, pero logró transformar el desastre en felicidad. Gran parte de culpa la tuvo Pejiño, autor de un doblete que dio la vuelta al marcador. El gaditano es un artista incomprendido en un deporte de exceso contacto. Porque mientras otros lanzan golpes, embarran piernas o hacen valer su fuerza, Pejiño pinta óleo sobre lienzo. Es de esos que prefiere mimar la pelota, recortar con sutileza a rivales y coger el pincel para acariciar la red del rival. Los genios bailan en la locura y el andaluz eso lo hace a las mil maravillas. En Fuenlabrada, mordiendo el polvo, gambeteó y envió un misil de seda a la portería que defendía Belman. Luego, por si fuera poco, también exhibió inteligencia para anotar el segundo. el de la victoria.

Todo ello en otro ejercicio de resistencia y supervivencia de Las Palmas, huérfana de triunfos lejos de su hogar desde el pasado 10 de enero. Aquella había sido la única victoria a domicilio de la presenta campaña. Esta ya es la segunda y apaga ciertos fuegos, porque las urgencias empezaban a ahogar como una soga. Pejiño comandó y los actores secundarios respondieron. Araujo, pese a su fallo en el tanto local, sacó el pico y la pala, Jesé ya parece Jesé, Rivera está recuperado para la causa y Lemos ya cabalga en la derecha. Todo fueron rayos de sol. Se remontó y se volvió a ganar lejos del Gran Canaria, asignatura pendiente.

Agitó Mel el once inicial y metió colmillos. Tridente con Jesé, Mujica y Araujo, este tirado al costado izquierdo, y Pejiño con el pincel en la derecha. Sorprendió con Rivera acompañando a Sergio Ruiz y le dio el puesto a Lemos en el carril, que salía de lesión. De resto, el equipo base del técnico. Ni tiempo le dio a Las Palmas a ver cómo funcionaba el plan, pues un error del Chino, que mandó un pelotazo en zona peligrosa, complicó la cosa. Arrancó el Fuenlabrada con espacios y le filtraron un pase a Borja Garcés, que definió sin temblar. Le costó un mundo a Álex Domínguez achicar y se quedó paralizado bajo palos. Y así le fue imposible atajar. Primer tiro, gol de los locales. A remar a contracorriente. Acto seguido llegó una tarjeta amarilla para Rivera, cuando no hubo ni falta. Empezaba a complicarse el asunto. Otra vez.

El pan de cada día de esta UD es luchar contra todo. A veces se levanta, otras sucumbe. Quería pelear por lo primero. No iba a rendirse. Avisó Dani con un disparo lejano que se marchó por poco. Jesé y Mujica mordían arriba, el Chino trataba de habituarse al costado y Pejiño buscaba el esférico. Quería mimarlo. Atrás, Eric Curbelo sacaba músculo. El satauteño se pegaba con todos y en un robo suyo se fue hacia arriba con garra. La pelota le cayó a Jesé y el ex del PSG acarició el empate. Su disparo con la izquierda tocó la red por fuera. Estaba cerca Las Palmas de igualar. Domínguez repelía a Mula con los puños, mientras llegaba otro destello de Jesé, que con una bicicleta se coló hasta línea de fondo y cedió atrás sin suerte. En el minuto 30 se cantó el tanto de las tablas, pero el linier lo anuló por fuera de juego previo de Pejiño. El cabezazo de Araujo había sido letal. Insistían los de Mel.

La inspiración llegó cuando Pejiño recibió, dejó atrás a Ciss con un recorte de terciopelo y lanzó un misil directo a la red. Solo el gaditano creyó en esa parábola. Tablas y a seguir. En el intercambio de golpes pecó Dani Castellano de endeble y volvió a ubicarse el foco sobre el arbitraje. El gemelo se llevó un caño en la banda y su respuesta fue hacer falta a Nteka dentro de área propia. Penalti, riguroso, todo sea dicho. Mula regalaba oxígeno, pues enviaba la pena máxima al limbo. Al descanso, con cara de alivio.

Tras el intermedio, y con menos susto en el cuerpo, la UD tocaba en busca del gol de la remontada. Sergio Ruiz rompía líneas dejando cinturas en el camino, Jesé caía a los costados para desajustar zagueros y Araujo sudaba en beneficio del grupo. Entre idas y venidas subió Lemos la banda con criterio, que la puso atrás para que Rivera fusilara y llegó el éxtasis. El centrocampista remató mal, mordido, pero su intentona quedó en un pase al área pequeña, donde aparecía Pejiño para sellar su doblete. Era su tarde. Fue el que más lo intentó y creyó. Acabó sin aliento, como toda la UD. Actuación coral con manual de sufrimiento incluido.

Tal vez no sea tarde para querer soñar porque Las Palmas exhibió virtudes y tiró por la borda el saco de complejos. Corrió, jugó, peleó y maquinó con cabeza hasta sellar el triunfo final. El camino parece claro y mantener el nivel será el gran reto para Pepe Mel. Y cuando haya cierta duda o pesen las piernas, balones a Pejiño, que está para dotar de calidad al cuadro isleño. Encima, a las buenas noticias, recuperó a Rivera para la causa el día que volvían Álvaro Lemos y Rober. Que pase el siguiente.

Ficha técnica

1 - Fuenlabrada: Belman; Pulido, Jano, Juanma, Sotillos; Cristóbal (Espinosa, min.63), Ciss; Mula (Óscar Pinchi, min.63), Nteka, Feuillassier; y Garcés (Aldair, min.67).

2 - Las Palmas: Álex Domínguez; Lemos, Álex Suárez, Curbelo, Dani Castellano; Sergio Ruiz (Javi Castellano, min.78), Christian Rivera; Pejiño (Benito, min.82), Araujo, Jesé (Róber, min,82); y Mujica (Clemente, min.68).

Goles: 1-0, min.2: Garcés. 1-1, min.35: Pejiño. 1-2, min.71: Pejiño.

Árbitro: Vicandi Garrido (Comité vasco). Amonestó a Christian Rivera (min.10), Curbelo (min.78) y Aldair (min.86). Expulsó por doble amarilla a Pathé Ciss (min.31 y min.66).

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada número 29 de LaLiga SmartBank, disputado en el estadio Fernando Torres a puerta cerrada como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus.