Por el orgullo de Gran Canaria
La UD busca asaltar el Rodríguez López esta noche (20.30 horas), donde no vence desde 2001, en uno de los derbis más igualados que se recuerdan
Los enemigos serán eternos. Poco o nada se puede cambiar cuando la rivalidad es absoluta. Y en el fútbol, como en la vida misma, no iba a ser menos. Esta noche, Las Palmas visita el Heliodoro Rodríguez López, territorio hostil desde el principio. Será en una batalla agridulce, con mucho gris en las gradas y con un vacío tremebundo, el que deja el coronavirus con aficionados viendo los encuentros a través del plasma o escuchando por la radio. Esta vez no habrá decibelios más que los que lleguen desde los banquillos. Tampoco improperios. Pero en los derbis siempre predomina el calor, el coraje, la rabia, el amor... y en esas está la UD, que debe luchar por el orgullo de Gran Canaria. No vencen los amarillos en el templo blanquiazul desde 2001. Desde entonces ha llovido, ha tocado superar una de las peores rachas de calima en la historia de las islas y hasta una maldita pandemia lo ha cambiado todo.
El triunfo como meta para sonreír. Ese es el objetivo de todo equipo que disputa un derbi. El todo o la nada. Sobrevivir o desvanecer. No lo tendrá fácil el combinado grancanario, que solo ha ganado dos veces en lo que va de curso lejos del recinto de Siete Palmas y la racha y el buen hacer del Tenerife invitan a tener que dar el doscientos por cien. No habrá rendición. Ganará el que menos errores cometa, como acostumbran estas grandes citas canarias, pero también el que sea más valiente y busque la suerte.
No puede reinar más igualdad en la tabla entre amarillos y blanquiazules. Ambos llegan a la contienda con la diferencia de un solo punto en la clasificación. Los locales son decimoprimeros, con 41 puntos, mientras que Las Palmas está un puesto por debajo, con 40. La llegada de Ramis al banquillo del Heliodoro ha contrarrestado un inicio de curso dubitativo y los tinerfeños quieren soñar con meterse en la pelea por la promoción de ascenso, objetivo al que tampoco renuncia la escuadra dirigida por Pepe Mel. Porque asaltar el Rodríguez López supondría una dosis extra de moral y motivación. La primera vuelta se saldó con victoria amarilla, lo que pone algo más de picante al enfrentamiento de hoy. Para repetir, esta vez fuera de casa, claro está, Las Palmas tendrá que sudar sangre.
Para ello Mel ya tiene ideadas sus trampas en un once en el que se huelen cambios. El primero, forzado por la convocatoria de Domíngunez con la sub-21 española. Valles ocupará el arco. Por delante, en línea de cuatro, Dani recuperará el carril izquierdo, mientras que Lemos se mantendrá en el derecho y Eric y Álex Suárez compartirán eje. En la sala de máquinas, Javi Castellano parece adelantar a Rivera como acompañante de un indiscutible Sergio Ruiz. En las alas podría entrar Rober González, ya con más ritmo de competición. Pejiño volvería al costado zurdo. Arriba, Araujo centraría su posición y buscaría el gol con Jesé Rodríguez. Se caería Mujica, que esperaría turno en el banquillo. Con todo, estos serían los elegidos por el técnico madrileño para romper el maleficio en el Heliodoro. Desde 2001 no se canta una victoria amarilla allí. Ya toca.