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borja gonzález
Viernes, 18 de septiembre 2020, 18:27
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El arranque del Gran Premio de Emilia-Romaña de MotoGP volvió a quedar marcado por la igualdad, con una clasificación tras los dos primeros entrenamientos con los primeros cinco pilotos en 71 milésimas de segundo, y con los diez mejores en menos de cinco décimas. Y cinco c orredores representando a tres marcas diferentes, todos con un crono por debajo del que permitió salir segundo en carrera a Franco Morbidelli, ganador el pasado domingo en el Circuito de Misano de la prueba de MotoGP del Gran Premio de San Marino.
En el mismo escenario, y con sólo dos sesiones, los pilotos mostraron un nivel altísimo que anticipa hasta dónde se podría llegar en la pelea por la pole del sábado, después de que una semana antes Maverick Viñales rompiese el récord del trazado italiano fijado en 2018 por Jorge Lorenzo con la Ducati (este viernes Jaume Masiá hizo lo propio con el de Moto3 de ese mismo año de Jorge Martín, y Luca Marini con el de Moto2 establecido el sábado pasado por Sam Lowes).
Esto, también, con los frutos del trabajo llevado a cabo por pilotos y equipos en el entrenamiento del martes, con el que se afinaron un poco más. Al frente, una KTM, la de Brad Binder, que pudo aprovechar la buena referencia que le dio Viñales. Cerrando ese grupo de cinco otra de las motos naranja, la de Pol Espargaró, en la que podría ser una señal de mejoría del prototipo austriaco, aunque también hace una semana los cuatro pilotos de KTM habían conseguido meterse entre los diez mejores, un éxito que se fue diluyendo a lo largo del fin de semana. Entre el piloto español y Binder se metieron las Yamaha de Quartararo (tercero a 0.016 segundos) y del citado Viñales (cuarto a 0.041), y la Honda de Nakagami, segundo a 2 milésimas del más rápido. Unas diferencias mínimas que siguen poniendo en valor ese momento de máximo igualdad que se vive en el MotoGP actual.
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«Estamos en un nivel tan alto en MotoGP, con todo tan apretado, que necesitas arriesgar mucho, más en un campeonato que es corto. Al principio del año decíamos 'no, hay que estar tranquilos, el campeonato es muy corto, hay que sumar puntos en cada gran premio…', pero todo el mundo aprieta muchísimo, hay mucha sangre nueva en la categoría, todas las motos están a un nivel increíble... Hay que apretar y eso aumenta los riesgos», explicaba Espargaró, que sufrió una rapidísima caída en el inicio del segundo entrenamiento libre.
Más agarre
«Mi problema es que en los entrenamientos puedo ir súper rápido porque hay agarre. La moto gira, frena, acelera... y ahí puedo sacarle el cien por cien», analizaba por su parte Viñales, el mejor de los españoles, veloz como siempre, pero envuelto en dudas después de los problemas que está viviendo en las últimas carreras, donde no está consiguiendo replicar el domingo lo que se intuye en el resto de días, un hecho que le está alejando en la clasificación general. «En cuanto voy a carrera no hay nada de agarre, así que voy siempre como patinando de detrás. Eso influye mucho en la rueda delantera, porque ya no entras de la misma manera ni paras la moto igual para hacer la curva. Entonces, siempre me voy largo y no consigo girar la moto».
Unas dificultades vinculadas también con las altas exigencias que las actuales carreras imponen. Valentino Rossi, cuarto en la última, y uno de los más rápidos del anterior fin de semana, sólo fue decimoquinto. El líder de la general, Andrea Dovizioso, se conformó con el duodécimo registro, en una jornada en la que pilotos como Pecco Bagnaia, segundo cinco días atrás, Jack Miller o Alex Rins no pudieron meterse entre los diez mejores.
«Ha sido un día positivo, me he encontrado bien desde el primer momento con la moto», apuntó por su parte Joan Mir, séptimo, y el primer español del Mundial, gracias a ser el piloto que más puntos ha sumado en las últimas tres carreras. «De cara a la carrera hemos trabajado bastante, hemos probado tres cosas nuevas y algunas tienen su lado positivo y otras no tanto», explicó el de Suzuki, tras un día con otro contratiempo para Honda. A la baja de Marc Márquez, la marca japonesa sumó hace una semana la de Cal Crutchlow, por secuelas de una operación intramuscular en su antebrazo derecho; este viernes se unió a la lista de lesionados el sustituto de Márquez, Stefan Bradl, también con un problema en un nervio de su brazo derecho que le provocaba la parálisis de los dos dedos pequeños de su mano. Esto deja a Honda con sólo dos pilotos para el resto del gran premio, y con la duda de cómo afrontar la prueba del próximo fin de semana que se disputará en Barcelona.
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