El Marc Márquez más icónico se reivindica
El líder de MotoGP dejó una imagen para la historia en el podio del circuito de Misano para acallar los abucheos que tradicionalmente escucha cuando corre en Italia.
Jesús Gutiérrez
Lunes, 15 de septiembre 2025, 17:31
Leo Messi enmudeció el Santiago Bernabéu en abril de 2017 cuando celebró un gol en el último minuto, quitándose la camiseta y mostrándosela al público ... con mirada retadora. Una imagen icónica del genio del fútbol mundial que tuvo su réplica el pasado domingo en un escenario muy diferente, pero con un mensaje muy parecido. Marc Márquez, probablemente el mejor piloto de motociclismo de todos los tiempos, se quitó el mono antes de subir al podio del circuito de Misano y lo mostró desafiante a una parte del público que un día antes había celebrado una caída suya. Una puesta en escena que no fue espontánea, como reconoció el de Cervera en su comparecencia con los medios de comunicación. «Messi siempre ha sido un referente para mí, siempre ha sido un señor, de pocas palabras, que siempre que ha hablado lo ha hecho en el campo. A mí hoy me tocaba hablar en pista».
Italia siempre ha sido territorio comanche para Marc Márquez desde que estalló la guerra total con Valentino Rossi en el circuito de Malasia en 2015, que acabó con el español por los suelos después de una controvertida acción que, todavía hoy en día se debate si fue o no una patada. Lo que es seguro es que se detonó una bomba nuclear en el paddock de MotoGP entre los dos pilotos más mediáticos y laureados del momento, cuyas consecuencias todavía se arrastran, como quedó demostrado el pasado sábado en el sprint del Gran Premio de San Marino. Justo cuando Márquez acababa de adelantar a Bezzecchi y rodaba en primera posición se fue al suelo, provocando el alboroto de una parte del público que jaleaba el momento mientras el piloto rodaba por los suelos.
Ese mismo sábado Márquez restó importancia a lo ocurrido. «Con estos actos se definen por sí mismos, no hace falta darles más protagonismo», dijo entonces. Pero el piloto catalán se guardaba un as en la manga y lo que no sabían sus 'haters' es que esas provocaciones no hacían más que retroalimentar las ganas de ganar de Marc Márquez el domingo. «Sentía tocaba hablar en pista porque el sábado cometimos un error. Por el paddock hay mucha gente que me apoyaba, pero también mucho comentario desafortunado y esto solo me hace que el fuego de dentro vaya 'in crescendo'. En la carrera salí más concentrado que nunca. Tenía ese extra de concentración, ese extra de energía y tenía ganas. Tenía muchas ganas de ganar».
Dicho y hecho, aunque el domingo tuvo que exprimirse al máximo para batir a un peleón Marco Bezzecchi, que estuvo toda la carrera pegado al colín de su Ducati sin permitir que se relajara un momento. Por cierto, otro que pasó facturas pendientes tras la prueba fue su hermano Álex, después de que muchos criticaran que Marc no hubiera podido adelantarle en Montmeló una semana antes. «Lo que me da rabia es que esta vez no se va a hablar es que Marco le ha dejado ganar porque ha estado muy cerca. ¿Y por qué no le ha adelantado? No es que haya ganado Marc, es que le ha dejado Bezzecchi», dijo el pequeño de los Márquez con ironía.
Cerrar el círculo en Japón
Tras la victoria en el Gran Premio de San Marino, Marc Márquez ya acaricia la corona de MotoGP, que podría ganar en dos semanas en Japón. Para ello, solo tiene que sumar tres puntos más que su hermano Álex en el acumulado del fin de semana, pero solo podría coronarse en la carrera del domingo, porque los números no darían de ninguna manera con el resultado del sprint.
Se da la circunstancia de que este nuevo título, el séptimo en la clase reina y el noveno mundial juntando los de las categorías pequeñas, podría certificarlo en el circuito de Motegi, que es propiedad de su antigua marca, Honda. «El hecho de cerrarlo en casa de Honda o no me da absolutamente igual porque le tengo un enorme respeto a Honda», comentaba el actual piloto de Ducati restándole cualquier atisbo de morbo al acontecimiento.
Lo que ya nadie duda es que el título de 2025 ya tiene dueño y ni siquiera el siempre prudente Marc Márquez es capaz de negarlo. «Yo creo que el círculo está cerrado, solo falta poner el candado, pero es cuestión de tiempo. Intentaré cerrarlo lo antes posible, pero sin volverse loco. Si es Japón, sería una forma bonita, pero si es una semana después en Indonesia también. Lo importante es cantar, bailar juntos, que no solo lo he sufrido yo, sino lo hemos sufrido todos juntos», rememoraba el piloto que va a volver a poner su nombre en la placa de la Torre de los Campeones de MotoGP.
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