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Fabio Quartararo celebra su victoria en el GP de Cataluña. lluis gené / afp
El domingo redondo de Quartararo
Análisis

El domingo redondo de Quartararo

El francés dominó de manera contundente la carrera de MotoGP en Montmeló y su triunfo tuvo aún más valor por cómo les fue a Pecco Bagnaia, Enea Bastianini y Aleix Espargaró

borja gonzález

Lunes, 6 de junio 2022, 11:58

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Fabio Quartararo llegaba al Gran Premio de Cataluña tras haber borrado con un buen segundo puesto su temor al circuito de Mugello y a su larga recta. Allí, en Italia, había triunfado Pecco Bagnaia, sobre el papel el más poderoso de sus rivales en la pelea por el título, aunque la clasificación general le mantenía en la cuarta plaza a 41 puntos, sobre todo tras el fallo del de Ducati en Francia, donde pasó de poder terminar segundo a salir con cero puntos tras no haber sabido gestionar el duelo con Enea Bastianini.

Pese a esto, el peso de Bagnaia como contendiente seguía siendo incuestionable por el potencial de su moto y por lo que se había visto en el final de la temporada 2021. Ese temor a la recta de Mugello era el mismo que el francés confesaba acerca de la del circuito de Barcelona-Cataluña, teóricamente un hándicap para el pobre motor de su Yamaha. Pero el domingo Quartararo brilló y no dio opciones a los que quieren arrebatarle el liderato de MotoGP.

Desde la primera curva se puso primero, para luego apretar y lanzarse a por la victoria. Y ya desde esa primera curva, sin la posibilidad de que Bagnaia le presionase. Takaaki Nakagami, que salía duodécimo, cruzaba la recta de derecha a izquierda frenando más tarde de la cuenta, y se encaramaba a las primeras posiciones a la vez que perdía el control de su Honda. El japonés impactaba con su cabeza contra la rueda trasera de la Ducati del italiano y le mandaba al suelo, a la vez que su moto hacía lo propio con la Suzuki de Álex Rins. Una carambola que descartó desde el arranque a uno de los que debía luchar por la victoria.

«No puede pretender pasar a diez pilotos en una frenada», se quejaba Bagnaia. «Ha salido bien y no sé a dónde quería ir… Hemos tirado a la basura la posibilidad de sumar buenos puntos, incluso de ganar, pero las cosas son como son», se lamentaba, a la vez que mostraba un duro discurso contra Dirección de Carrera y su decisión de no sancionar a Nakagami, en la misma línea que Rins, que sumó a su enfado una lesión en su muñeca derecha que le hace ser duda para el próximo Gran Premio de Alemania.

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En cualquier caso, tras lo sucedido en Cataluña, Bagnaia ha bajado al quinto puesto de la general y ya está a 66 puntos del primero, que aleja así a uno de los teóricos hombres fuertes de la categoría. «Será duro, pero los duros continúan peleando, y lo intentaré hasta que las matemáticas digan que es imposible. El año pasado tuve la determinación de recuperar 70 puntos en cinco carreras, y quedan ahora muchas más por delante».

El error de Aleix Espargaró

Victoria de Quartararo, cero de Bagnaia y cero de Bastianini, el que llegaba tercero a Montmeló, lo que da más valor aún al resultado del francés. «Fabio se ha lanzado, como el año pasado. Es muy constante y creo que ahora mismo solo él puede perder el Mundial», reconocía la revelación de la actual campaña y el único en ganar tres veces, después de irse al suelo en la vuelta seis, con lo que pese a mantenerse tercero en la clasificación le hace ver ya al primero a 63 puntos. Y el tercero que elevó el éxito del ganador en Cataluña no fue otro que el segundo del Mundial, Aleix Espargaró, en un error que le martirizó, como mínimo, durante el resto del domingo.

Espargaró tenía en sus manos ser segundo y lo dejó escapar por dar por terminada la carrera antes de tiempo, una vuelta antes, un fallo que no es nuevo en el motociclismo de competición. De hecho, Julito Simón en 125cc en 2009 perdió una victoria por lo mismo, por interpretar mal la señalización de vueltas de la torre del circuito de Barcelona-Cataluña. Un error garrafal que aún tuvo tiempo de maquillar con un quinto puesto que le deja ahora a 22 puntos del líder cuando en estos momentos estaría a 13. «Quería asegurar la segunda plaza y como no he visto las vueltas que quedaban he mirado la torre y no me acordaba que aquí la última vuelta la marcan L0, he visto L1, he hecho una vuelta y he cortado. No sé, iba tan concentrado que no me he fijado ni en la bandera de cuadros ni en nada y es un error muy grande», reconocía el hombre que completó el domingo redondo de Quartararo.

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