Hamilton, con susto e incógnitas, a por el récord de Schumacher

Como un aleteo de mariposa, un error de Sebastian Vettel casi manda a Hamilton al fondo de la parrilla. Fue en la tanda intermedia de la sesión clasificatoria, la Q2. Hamilton afrontaba su segundo intento de vuelta cronometrada sin un tiempo previo conseguido, ya que le habían anulado su giro con tiempo anterior debido a que se había salido de los límites de la pista en la curva de entrada a meta. Estaba haciendo su crono cuando, por detrás, Vettel se estrellaba en la salida de la curva 4, destrozando su Ferrari y sus opciones de pasar a la Q3.

La consecuente bandera roja pilló a muchos con la vuelta a medio hacer, incluido Hamilton. El problema es que en ese momento solo restaban dos minutos y 15 segundos, y el británico ocupaba la 15ª posición. De tener la posibilidad de hacer un par de vueltas con neumáticos medios (clave para la estrategia del domingo), a un único intento y con blandos para asegurar, va un trecho. Si a eso se une que Hamilton se encontró tráfico y que tuvo una pequeña salida de pista porque los neumáticos, en la reanudación, estaban muy fríos, el resultado fue que casi se queda sin poder dar esa vuelta cronometrada. Cruzó la línea de meta en el último segundo, literalmente.

La 'pole' entraba en sus planes, como es lógico, pero no así. «Es el peor circuito para salir primero y tengo que empezar con el neumático blando. Lo normal es que me adelanten en la salida. Va a ser muy difícil ganar la carrera», aseguró tras lograr el mejor tiempo del día, esta vez sin récord de la pista. Posiblemente no sea más que una 'boutade', porque aunque Hamilton no consiga mantener la primera posición en las primeras vueltas, seguirá siendo el gran candidato salvo accidente o problema similar.

El problema para él es que no tendrá a Bottas de escudero. Quien sale tras él es el caníbal Verstappen, dispuesto a aguar la fiesta que tiene preparada Mercedes y la propia Fórmula 1 y retrasar lo que parece inevitable: que Hamilton iguale, y después supere, el récord de victorias absolutas en Fórmula 1, 91, que está en posesión de Michael Schumacher.

Las buenas sensaciones del fin de semana en torno al rendimiento de Carlos Sainz se confirmaron en la clasificación. El sexto tiempo que logró el piloto español es un resultado más que óptimo, especialmente porque después de lo ocurrido en Mugello tiene ganas de reivindicarse. Sainz sale desde la sexta posición, con Daniel Ricciardo delante y Esteban Ocon detrás. Entre los Renault, el madrileño buscará dar la campanada en un trazado donde adelantar no es fácil pero tampoco imposible.

«Estoy muy contento con el sexto puesto, porque no ha sido una clasificación fácil», analizaba. «Me había sentido muy cómodo todo el fin de semana, y creo que hemos sacado todo lo que tenía el coche. Ha sido difícil cuadrar una vuelta buena en Q3, pero lo hemos conseguido. El comportamiento del coche ha cambiado respecto a los libres. El cambio en la dirección del viento y que las temperaturas fueran más bajas que esta mañana han afectado al balance», destacó.

Las escasas posibilidades de lluvia, que las hubo, propiciaron que todos mantuvieran una cierta cautela en su rendimiento. Uno de ellos fue Sergio Pérez, al que Racing Point está haciendo una suerte de 'bullying' después de que se confirmara que le echan para subir a Vettel. Le han quitado las novedades aerodinámicas para ponérselas al coche de Lance Stroll, que con su accidente las destrozó. La respuesta del mexicano fue más elocuente: saldrá cuarto, mientras el canadiense lo hará decimotercero.