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Lewis Hamilton en el GP de Turquía AFP
Hamilton entra por la puerta grande en el palacio de Schumacher
GP de Turquía

Hamilton entra por la puerta grande en el palacio de Schumacher

El británico ganó un caótico GP de Turquía marcado por la lluvia, con Sergio Pérez y Sebastian Vettel acompañándole en el podio

david sánchez de castro

Madrid

Domingo, 15 de noviembre 2020, 09:56

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Lewis Hamilton no necesitaba ganar el GP de Turquía para proclamarse campeón del mundo por séptima vez. Tras lo ocurrido en el caótico sábado, de hecho, apenas tenía opciones de hacerlo, visto lo complicadísimo que iba a ser acabar la carrera sin problemas. Hacer tambalear los cimientos de la, hasta ahora, indiscutible ley de que Michael Schumacher era el más grande, debía ser con una épica batalla. Hamilton logró su décima victoria del año en una carrera en la que empezó en una posición muy inusual para él: lejos de la primera posición. Pero supo leer mejor que nadie la cita en Istanbul Park, donde la lluvia marcó el devenir de la prueba desde la misma vuelta de formación en la que dos pilotos, Antonio Giovinazzi y George Russell, tuvieron sendos accidentes.

Hablar de la victoria de Hamilton implica hacerlo de la desastrosa gestión que hizo Lance Stroll. El piloto canadiense demostró que ni con todo de cara es capaz de llevarse una carrera que hubiera firmado cualquiera. Dominó dos tercios de la prueba con una autoridad impensable, incluso con un colchón de diez segundos de ventaja sobre sus rivales, que comandaba su compañero Sergio Pérez.

La falta de costumbre de Racing Point de estar ahí arriba le pasó factura. Stroll entró en boxes para hacer una segunda parada demasiado tarde, cuando ya casi todos lo habían hecho, e incomprensiblemente dejó de tener ritmo. Problemas para meterse en la trazada, dificultades para hacer tiempos rápidos… El paupérrimo rendimiento del hombre que salía desde la 'pole' hizo que por momentos parecía que ni siquiera iba a acabar entre los diez primeros. Acabar noveno es un resultado muy triste para un Stroll, al que se le puso todo tan de cara que tardará días en entender qué ha ocurrido.

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Por no tener, no tuvo ni al 'coco' Max Verstappen como enemigo. El neerlandés se quedó clavado en la salida, se vio obligado a remontar hasta la zona alta y cuando estaba peleando con Sergio Pérez por la segunda posición, trompeó por exceso de optimismo. Aun así, trató de colarse entre los más rápidos, aunque ese error y otros dos le mandaron muy lejos de las posiciones que se hubiera merecido.

Tanto fue así que los inesperados Ferrari, necesitados de un buen resultado como un quemado de pomada, se vieron pugnando por las posiciones de podio. Mientras Hamilton se escapaba al frente con unos neumáticos que generaban más dudas que certezas (incluso llegó a preguntar por radio si había peligro de reventón, como en Silverstone), por detrás Sergio Pérez imitó su estrategia con dos objetivos: aguantar el segundo puesto, demostrarle a su propio equipo la pifia que es dejarle sin contrato para 2021 y resistir el empuje de Charles Leclerc y Sebastian Vettel, venidos arriba por las circunstancias de la prueba.

Vettel y Leclerc no se deben nada, ni pleitesía ni respeto ya, por lo que sacaron los dientes en la última vuelta para intentar sacar al mexicano del segundo puesto. El pique entre ambos jugó a favor del de Racing Point, y al final fue Leclerc el gran perjudicado al quedarse fuera de los puestos de honor. En una suerte de justicia poética, Vettel se subió al cajón en una tercera posición que le sabe a oro y que, probablemente, sea la última defendiendo los colores de Ferrari.

Hamilton, entre lágrimas, se subió al podio posiblemente más especial de este año, acompañado de Sergio Pérez, que se reivindicó de cara a conseguir un asiento el año que viene, y de Vettel, que hizo sonreír, por primera vez en muchas carreras, a sus fans.

La épica remontada de Sainz

Si fue una carrera para recordar no solo lo fue por lo ocurrido por arriba, sino también por detrás. Carlos Sainz salía decimoquinto, una posición nefasta para sus opciones, pero como ha demostrado en tantas otras citas complicadas para él, es en el barro donde sabe sacar máximo provecho. Una gran salida le permitió auparse a los puestos de puntos ya en los primeros giros, y poco a poco fue gestionando la carrera para llegar a lo máximo que podía.

Hubo varios momentos clave, pero posiblemente cómo supo cocinar el adelantamiento a Daniel Ricciardo fue clave. Ahí, con el mismísimo Verstappen achuchándole, supo ver que su carrera podía estar más cerca del podio que de más atrás. El quinto puesto le sabe a oro, especialmente de cara a la lucha por el Mundial. Y es que, a falta de tres citas, el madrileño es séptimo con 75 puntos, solo uno más que su compañero Lando Norris y cinco más que Alex Albon. No es luchar por un Mundial, pero seguro que le sabe a gloria si consigue despedirse de McLaren con este pequeño éxito en su bolsillo.

Hamilton y su futuro: «Quiero quedarme»

Aún con la emoción a flor de piel, Lewis Hamilton esquivó como pudo las insistentes preguntas que le hicieron tanto Mark Webber como Martin Brundle, dos expilotos de F1 hoy convertidos en comentaristas, sobre la gran incógnita que hay sobre la mesa: ¿luchará el heptacampeón por proclamarse octacampeón? El piloto británico de Mercedes no tiene firmado nada con la escudería alemana, y la respuesta de ambas partes sigue sin dar resolución a la incógnita. En su obsesión por trascender el deporte, Hamilton aconsejó a los más pequeños «que persigan sus sueños». «Soñaba con esto cuando era pequeño. Veíamos los grandes premios y esto va más allá de mis sueños. Es importante para los niños que están viendo esto. No dejéis que nadie os diga que no podéis hacerlo. Soñad con lo imposible, perseguidlo, trabajadlo, nunca dudéis de vosotros mismos», dijo.

Pero el mensaje más claro, al menos en lo que a su futuro se refiere, fue evidente: la pelota está en el tejado del equipo. «Espero que el año que viene sea mejor. Quiero quedarme y siento que todavía queda mucho trabajo por hacer. Acabamos de empezar a ser conscientes. Como deporte no podemos ignorar los derechos humanos. Queremos llegar a esos países, la F1 y Mercedes en ese viaje, y queremos ser más sostenibles como deporte. Lo tenemos que ser. A ver si puedo ser parte de ello por lo menos en la parte inicial un poco más de tiempo», destacó el británico, que si sigue en 2021 volverá a ser el gran candidato al título.

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