Bottas se cuela en la fiesta

Y es que, más allá del resultado, este sábado se demostró que el público mexicano es de los más divertidos. Los propios pilotos lo agradecen, especialmente después de una temporada en la que no vieron a nadie en las gradas. El color del público del Hermanos Rodríguez tiñó de espectáculo una clasificación que arrancó con un fuerte accidente de Lance Stroll en la remodelada Peraltada, que aún guarda algo del viejo picante de antaño. Eso propició que la clasificación durase más de una hora y 40 minutos.

La resolución de la misma llegó más tarde y con otro protagonista según lo previsto. Este parecía un trazado propicio para Red Bull, y así parecía en la Q1 cuando Verstappen marcó terreno y el primer 1:16 del fin de semana. Los miles de fans vestidos con la ropa de Red Bull en honor al ídolo local Sergio Pérez se llevaron un golpe de realidad en la Q2: Hamilton demostró con un crono solo ocho milésimas más rápido que el de Verstappen que iba a estar en la terna hasta el final.

Por eso sorprendió aún más el gran tiempo que se sacó de la manga Bottas en el primer intento de la Q3. El finlandés le metió tres décimas y media a Verstappen, el gran favorito, en una vuelta que nadie había visto venir, lo que a su vez obligó a Hamilton a apretar. El heptacampeón sabía que tener por detrás al de Red Bull era el mínimo exigible, pero si podía hacer la pole, mejor. Al final, Hamilton y Mercedes se encontraron con un socio inesperado: Sergio Pérez se salió de pista al intentar esquivar a Yuki Tsunoda, que a la postre destrozó las opciones del mexicano y de Verstappen sin intención. «Hemos sido 'Tsunodados'», ironizaba Christian Horner después de la clasificación.

Cuanto más se planifican las cosas en Alpine, peor salen. Solo así se explica la pifia de la clasificación, que podría haber sido histórica para Fernando Alonso y acabó siendo justita. A Esteban Ocon le tocó penalizar en esta carrera. Como en pruebas anteriores, al francés le colocaron un nuevo motor completo, lo que le mandaba al final de la parrilla hiciese lo que hiciera en la clasificación. Eso le convertía en un aliado para Alonso sin perjuicio a su rendimiento: le tocaba dar rebufo al español.

La premisa era clara y el plan, evidente. Ambos debían pasar a la Q2, Ocon debía dar rebufo a Alonso y, con este, llegar a la Q3 para intentar ganar algo de ventaja de cara a la pelea por los puntos. El problema es que el plan salió mal desde el primer paso, pero no por un rival, sino porque el propio Ocon fue quien condenó a Alonso a quedarse con el 16º puesto en la Q1. La idea de Alpine era maximizar las penalizaciones de otros cinco pilotos que, eventualmente, podían acabar delante de Alonso: Norris, Russell, el propio Ocon, Stroll y Tsunoda. De ellos, todos menos el canadiense de Aston Martin (que se accidentó nada más empezar la clasificación) cumplieron las previsiones. Cuatro pilotos que se convirtieron en cuatro posiciones ganadas por el español, que del 16º de clasificación pasó al 12º de la parrilla de este domingo.

Seis por delante saldrá Carlos Sainz. El madrileño, sin ruido pero con buenas manos, culminó una gran clasificación en la que llegó a estar incluso en el 'top 5'. El de Ferrari tiene muchas opciones de acabar en esa zona noble si la suerte, las paradas en boxes (que es lo más importante, visto lo visto) y su buen tino le acompañan.