Los pies, siempre en las mejores manos

Podología Sureste abrió sus puertas el pasado 22 de octubre, y desde entonces, Miriam, natural de Telde pero residente en El Altillo (Moya), recorre cada día los más de 50 kilómetros que separan su domicilio de su nuevo centro de trabajo que con orgullo y esfuerzo ha creado. Cumpliendo con un sueño que le lleva acompañando desde niña, esta joven emprendedora de 27 años anima a probar lo que para la mayoría sería su primera visita a una clínica podológica. «Lo importante es prevenir, porque si no hay lesión, no hay enfermedad. Este siempre es el primer tratamiento», comienza su clínic López, cuya preocupación se centra en los deportistas amateurs, aquellos que detrás «no tienen un equipo de profesionales que velan por su preparación y cuidado».

Esta profesional sanitaria, que además del título de podóloga cuenta con la carrera de enfermería, puntualiza que por encima de lo que la gente pueda pensar, la podología no se centra únicamente en la pisada. «Aunque parezca una tontería, muchas veces los problemas vienen por una mala elección del calzado, un incorrecto acordonado o el uso de una talla equivocada», revela. «Estos aspectos tan básicos pueden derivar en lesiones importantes y problemas que nos afecten en el día a día», avisa la profesional.

Miriam López está acostumbrada a recibir pacientes cuyas lesiones han adquirido una gravedad evitable si se hicieran caso a las señales que el cuerpo manda. Aguantar hasta que el dolor se hace insoportable es lo peor que se puede hacer. «Es fundamental escuchar al cuerpo, darnos cuenta de las señales de alarma que nos envía», explica. Un simple callo, que al principio solo molesta, puede derivar en algo mucho más serio si no se trata a tiempo. «Cuando una zona del pie soporta más carga que el resto, genera más piel a modo de protección. Entonces es cuando surgen los callos. Y a la larga, sin el cuidado adecuado, puede provocar una inflamación o sobrecargas del hueso y musculares, e incluso fracturas por el propio estrés del hueso», relata López. Nadie se libra de estos problemas. Niños, adultos y ancianos deben acudir al podólogo al mínimo síntoma, ya que son «los únicos profesionales con la capacidad de diagnosticar y tratar los problemas derivados del pie, y los únicos aptos para la fabricación de órtesis plantares a medida», destaca Miriam.

Los problemas en la cadera, lumbares o rodillas muchas veces surgen por la manera de pisar. «Si el pie no actúa como un amortiguador perfecto y absorbemos el impacto mal, los dolores y el malestar llegarán a otras partes del cuerpo», relata la artífice de una clínica que cuenta con las mejores infraestructuras, materiales y equipos para el tratamiento de los pies. «Estamos enfocados en el ámbito deportivo que incluye la valoración, diagnóstico y tratamiento (ortésico o no) de las distintas lesiones», finaliza Miriam López, quien defiende y descubre las funciones de los podólogos, unos profesionales capaces de resolver más problemas de los que la gente se imagina.